“Soy gay y le gusto a mi vecino, pero su papá es el más homofóbico del mundo”

PREGUNTA: Mi hermana anda con un tipo nefasto. Lo metió a su casa y lo mantiene porque el tipo es compositor y no trabaja. Se dice poeta. Yo le he tratado de encontrar trabajos pero siempre tiene un pretexto para no hacer nada. ¿Por qué mi hermana necesita tener un hombre en casa para sentirse valorada?

RESPUESTA: Sabemos que está mal, pero la realidad es que hay muchas mujeres que se sienten más valoradas cuando un hombre está a su lado. Está más que demostrado que las mujeres no necesitan un hombre al lado para ser valiosas, pero ella tendrá que aprender su lección con sus propias experiencias, trata de no hacer algo para separarlos o tal vez tu hermana se puede enojar contigo.

PREGUNTA: El hijo de mi vecino es homosexual como yo, pero mi vecino es homofóbico y no lo sabe. Cada que nos vemos hay entre su hijo y yo un intercambio intenso de miradas. Sé que lo nuestro podría funcionar, pero le rompería el corazón a su papá. ¿Qué hago?

RESPUESTA: Deja que las cosas fluyan. La situación es delicada, quizá lo mejor sería poner distancia. Piensa bien si ese es el lugar donde te conviene encontrar novio. Muchas veces es necesario dejar que el otro de el primer paso.

PREGUNTA: Mi chava no cree en el matrimonio. No quiere firmar acuerdos ante Dios, ni ante nadie, pero quiere que nos vayamos a vivir juntos. A mí me da igual pero mi mamá me lo está pidiendo como favor, soy único hijo y hacer la boda para ella es importante. El problema es que mi novia me ha insultado, nos hemos peleado y su forma de hablar de mi madre me ha lastimado. ¿Qué se hace en este caso?

RESPUESTA: Estás a tiempo de pensar si esa es la persona para ti. Problemas y discrepancias siempre van a existir, lo que es importante es el respeto. No es normal que los desacuerdos terminen en insultos; poder intercambiar ideas con la pareja es vital.

PREGUNTA: Hicimos un trío mi marido, una desconocida y yo. Fue idea de mi esposo, insistió demasiadas veces. Cedí por darle gusto, pero me quedé enganchada con la experiencia femenina. Me gustaron los besos tiernos, la dulzura de sus mimos. Me gustó la delicadeza, la gracia y la fuerza con que pude tener un orgasmo franco y delicioso. Sé que mi esposo se dio cuenta porque me vio gozar como nunca. Él no saca el tema ni yo tampoco. Ella desapareció, él tiene el dato, no me lo va a dar. No hemos hablado de la experiencia. Todo está detenido en el silencio.

RESPUESTA: Ni te sientas culpable. La experiencia del gozo ante el encuentro femenino es una forma de descubrirte y de eso trata la vida; de encontrar lo que nos gusta, lo que nos completa. Ese silencio no ayuda, abre la experiencia. Disfruta tu atrevimiento y dile a tu pareja que no traiga ideas nuevas a la cama, si no va a saber jugar.