RELATOS SEXUALES

"Nomás olí su perfume y se me alborotó el tlacoyo bigotón", por Helena La Mala

"Nomás olí su perfume y se me alborotó el tlacoyo bigotón", por Helena La Mala

"Nomás olí su perfume y se me alborotó el tlacoyo bigotón", por Helena La Mala (Foto: Cuartoscuro)

Sexo 26/04/2023 14:18 Helena Danae Actualizada 14:19
 

Hola mis amores, feliz miércoles a tod@s. Hoy quiero mandarles todo mi amor, a donde quiera que estén mientras me tienen en sus manitas para disfrutar de mi fotografía y la hermosa vibra que quiero transmitirles mientras me leen. 

Hoy vengo a contarles sobre una sesiónde sexo casual que tuve hace unos días.  

Fue, como la palabra lo dice: casual, con un nuevo amigo el cual, seguramente, se volverá un amigo muy cercano. 

Lo conocí en un antro en la feria, estuvimos platicando por un rato y dejamos en claro que ninguno de los dos buscábamos nada más que divertirnos. 

Era un día para salir y distraernos de lo que es la rutina de todos los días. Él es más alto que yo y un poco musculoso, su barba bien arregladita me puso loca, además olía delicioso. 

Decidimos irnos del antro y vernos en un hotel. Me dijo que no quería llevarme a un motel normal, que en un hotel estaríamos más cómodos. 

Cuando llegué me registré y subí a la habitación, abrí con mi llave y la habitación olía a su perfume. Un plan con maña seguramente, pero le funcionó, me hizo entrar más en calor y desear ya estar arriba de él. 

Él estaba en la cama, pero se puso de pie para cargarme y acostarme, me quitó los tacones y me dio un ligero masaje en los pies, luego fue besando mis piernas hasta llegar a mis muslos y me bajó el vestido. Me quedé en tanga y lo vi desnudarse. 

Cuando se quedó en bóxer se subió en mí y comenzó a besarme, sus manos hurgaban dentro de mi calzón. Cada que despegaba mi tanga, se hacía un hilo de mi jugo, que lo ponía más duro, su erección contra mi abdomen me hacía desearlo dentro de mi. 

De pronto me cargó, me apoyó contra la pared, hizo de lado mi tanga y, de una embestida, me la dejó ir toda. Era fuerte así que yo solo me dispuse a disfrutar. Él me cargaba y me cogía a su antojo, yo solo ponía mis ojos en blanco y gemía. 

Estaba tan mojada que algunas gotas cayeron al suelo. Con mis pies en sus hombros me dejó caer suavemente en la cama y comenzó a cogerme ahí. Cada que me la metía yo podía escuchar mi jugo saliendo de mi almendrita por la presión que su pistola hacía. Me giró y comenzó a hacérmelo de perrito, puso su mano contra mi cabeza y tomó mi cabello. 

De pronto lo jaló y me penetró tan duro que un pequeño gritito se escapó de mi boca. Él sabía lo que hacía y esa mezcla de cariñitos y sexo rudo, me hizo terminar varias veces. 

De pronto sacó su miembro, se quitó el condon y comenzó a jalársela mientras, con su otra mano, estimulaba mi clítoris. A veces me metía los dedos y con el pulgar seguía estimulándome por fuera. 

Así empinada, me hizo terminar en un delicioso squirt. Se escurrió por mis muslos y dejé empapada la cama. Al ver esto, él terminó justo en mis nalgas, dejándomelas llenas de su leche. 

Nos tiramos un rato en la cama y de pronto me cargó me metió en la bañera y comenzó a limpiarme. Aunque dijimos que solo sería sexo, fue uno de los mejores de mi vida, el joven se empeña por hacerlo bien. 

¿Qué dicen? ¿Vuelvo a verlo? Espero sus respuestas en mis redes sociales. Les mando todo mi amor.

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