"Sacó un condón y yo ya moría de ganas por sentirlo", por Helena La Mala

Hola, mis amores, feliz miércoles a todas y todos. Hoy quiero contarles de una megacogida que me metieron.

Estuve manejando mi cuenta de Twitter como siempre y entonces me llegó un Whatsapp, diciéndome que era una mujer de nombre tal, que su Twitter era aquel y que me acababa de mencionar para que viéramos sus fotos; me comentaba que quería entrar a la industria porno, respondí que yo no me dedicaba a iniciar a alguna mujer, que debía dirigirse a alguna productora para poder debutar.

Pero, luego me dijo la verdad, quería conocernos ¡a los dos! Había visto algunas escenas que había grabado con mi pareja y tenía la curiosidad, le dije que no conocíamos a personas nuevas de esta manera, porque podía correr algún riesgo.

Pero, por otro lado, un amigo fotógrafo hizo una reunión para celebrar su cumpleaños, sólo personas “conocidas”, por aquello de la contingencia.

Asistimos y yo estaba en la cocina destapando otra cerveza, entonces la vi, era hermosa, cabello largo negro lacio, abajo de la cadera, cuerpo delgado con pechos pequeños, pero caderas enormes, esas nalgas naturales que hacían que su vestido se doblara y formara la silueta, botas negras y pantimedias de red.

Mientras estaba embobada viéndola, un tipo por detrás de mí me dijo “¿está buena, no?” y caminó hacia ella, a apretarle una nalga.

Era su pareja, me sonrojé un poco y corrí con mi marido a contarle la belleza que acababa de ver, después ella se acercó para decirnos que era la mujer de Twitter y me dolió al pensar en el manjar que había dejado ir.

Lo bueno es que la atracción fue más fuerte que un malentendido. Estuvimos platicando toda la noche, mientras tomábamos cerveza.

De repente, cruzamos mi marido y yo esas miradas que dan permiso a todo, así que tomé por la mano a Juan (así le vamos a decir), lo llevé al baño para ver qué podíamos hacer, me subí al lavamanos y quedé expuesta para él, vaya sorpresa cuando se sacó el miembro, era enorme y lleno de venas. Se veía tan jugoso que debo admitir que salivé por pensar cómo se sentiría dentro de mí.

Sacó un condón y vi cómo, al ponérselo, le apretaba el miembro, yo moría de ganas por sentirlo.

Empezó rodeando mi centro con su cabeza, dejándome bien empapada por todos lados, para de pronto darme una estocada, que sentí hasta los intestinos. Lo apreté más duro a mi centro, estuvo cogiéndome así, mientras yo podía escuchar cómo mi amiga estaba llena de flujo, resbalaba como si fuera agua.

No sé en qué momento tuve tantos orgasmos que perdí la cuenta, hasta que, por fin, él terminó. ‘Me encantó’. Cuando salió de mí, las piernas me temblaban, una cogida magnifica. Me besó super rico y me vestí.

¡Les mando todo mi amor!