Manotazo en las buenotas hizo enojar a Lulú Petite ¿qué ocurrió después?

Querido diario: Era noche y estaba cansada, pero ya había acordado atender a este cliente y decidí no cancelar.

Era un gringo de unos sesenta años, blanco, de cabello alborotado entre rubio y plateado.

Con su poco español y mi inglés trunco conseguimos entendernos; afortunadamente, el amor es un lenguaje universal.

Lee también: El marino que desquitó con Lulú Petite ocho largos meses de sequía

Obedecí a las órdenes de sus manos y movimientos ¿Sabes? Coger es como bailar, cosa de saber llevar el ritmo. Una buena pareja de baile no ocupa más que de decirte con manos, pies y sacudidas qué es lo que espera de ti.

Giré y apoyé mis manos en el tocador. Mirándome en el espejo con ese hombre detrás de mí. Lo vi pegarse a mi cuerpo y restregar su pelvis en mis nalgas. Se le sentía el miembro duro, a pesar de que estorbaban las telas de su pantalón y mi vestido.

Me levantó la falda y jaló bruscamente mi lencería, que cayó hasta mis tobillos.

Se escupió en los dedos y los paseó por mi vulva salvajemente, humedeciéndola abundantemente.

No dije nada. Miré en el espejo cómo se sacó el miembro sin quitarse la ropa y se puso el condón con torpeza.

Me escupió en el culo y esparció su baba por mi vulva, sentí su miembro pasearse por mi sexo antes de entrar con facilidad. No la sentí grande ni chica, de un tamaño medio.

Comenzó a decir vulgaridades en inglés que reconocí porque he visto suficientes películas porno. ¿Cuántas personas han distorsionado su idea del sexo por lo que han visto en esas películas?

Todo iba bien hasta que, en su emoción de película porno, el gringuito me dio una nalgada. Me ardió y me enojé como dinamita. Respingué como yegua de rodeo, lo empujé y con el talón solté una patada que le dio directamente en los tanates. Cayó al piso.

No fue grave. Se recuperó de la patada, me pidió disculpas, nos metimos a la cama e hicimos el amor con paciencia y hasta un poco de ternura.

Neta: El sexo no es como el porno. Disfrutas más si vas despacio, jugando, gozando en pareja. Al final, fue una buena cita.

Hasta el jueves, Lulú Petite