“En pleno sexo, me picó tan duro las costillas que me las fisuró”

PREGUNTA: Trabajo las tardes de ayudante de la tienda de abarrotes de mi papá. Acomodo las cajas de la bodega y cuando descargamos la camioneta, mi hermano y yo, a escondidas, nos tomamos unas chelas en la explanada. A mí me encanta la chica que nos mira desde su casa. Ella es seria y difícil. Pero de verdad sé que le gusto porque a esas horas podría estar en cualquier lugar, pero se queda cerca, mirándome donde yo la mire... donde sabe que la miro. Pero no me da entrada y eso me llena de inseguridad. ¿Cómo le hago
para romper el hielo y declararle mi amor?

RESPUESTA: Me parece que la mujer que describes no es tan difícil de tratar, es una mujer que habla sin palabras, alguien a la que vas a tener que enamorar con la manera en la que te comportes con los demás y con la complicidad constante y silenciosa. Enamorar es compartir, escuchar, conocer. Un buen amante habla mucho con los ojos.

PREGUNTA: Me fui a vivir a Cuernavaca porque me ofrecieron una chamba. Vivo con mi mamá cuando estoy allá y verla siempre es un gozo. La relación con mi pareja ha mejorado. ¿Será que vivir por separado mejora las relaciones?

RESPUESTA: Efectivamente, la sed de amor y de cariño hace que los encuentros sean muy especiales. Es una realidad que la cotidianidad cansa y no permite que el deseo crezca. Los matrimonios viven cambios. Mientras tú estés mejor y tu pareja también se sienta mejor no cambies la fórmula; lo más importante es estar mejor.

PREGUNTA: Mi hija me contesta feo frente a sus amigas y su novio. No me gusta reprenderla ante nadie, porque la hago ver débil, tonta. Creo que a los 18 años una debe mostrar valentía. Cuando estamos a solas, la regaño, ella me pide perdón, llora y luego vuelve a ser una grosera. ¿Qué hago para parar esta situación?

RESPUESTA: Una niña que le habla feo a su mamá efectivamente se ve débil y tonta. El respeto que le otorgas a tu madre es básico a la hora de elegir a una amiga o una novia. Estás creando un monstruo sin ningún tipo de educación básica. Termina ese juego de una vez.

PREGUNTA: La última vez que lo hice con mi marido me rompió sin querer una costilla. Estábamos en la posición de misionero, mientras sobre de mí gozaba, nuestras costillas chocaron y se me fisuró. Él pensó que exageraba, así que me hice una radiografía y parece que tengo osteoporosis, esa enfermedad en la que le falta calcio a mis huesos. ¿Qué manera de enterarme, no?

RESPUESTA: Ten cuidado de que esto no se vuelve frecuente y reposa porque una costilla mejora mucho cuando hay reposo. Ojo, si te vuelve a pasar algo similar, es que es un tipo que te maltrata y que te estás tragando sus mentiras, eso no es común.