RELATOS ERÓTICOS

“Quiero que me devore, de tan rico que se siente”, por Lulú Petite

“Quiero que me devore, de tan rico que se siente”, por Lulú Petite

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 11/11/2021 14:05 Lulú Petite Actualizada 14:20
 

Querido diario: Siento su lengua en mi vientre. Es tan caliente este tipo. Se mueve tan rico. Toma con sus manotas mis muslos y los pone sobre sus hombros mientras me sigue lamiendo, se detiene en mi ombligo, mete la punta húmeda de su lengua.

Siento cosquillas y me contoneo gruñendo suavemente, como gatita. Me besa el muslo que tiene sobre sus hombros y desliza uno de sus dedos por mi sexo. Separa mis labios y sube su dedo al clítoris, lo mira por un instante antes de llevarlo a su boca.

Su lengua juega traviesa mientras sus manos aprietan mis pezones. Siento burbujear las moléculas en mi cuerpo.

Abro más las piernas, aprieto su nuca contra mi sexo, le pido que siga, le ruego que no pare. ¡Carajo! Qué bien me come este hombre. Me dan ganas de sentarme en su cara y hacerlo que me devore toda, hasta perder los sentidos.

Clavo mis uñas en su cráneo, gimo, me contoneo, grito. Un torrente delicioso revienta cada átomo en mi cuerpo. El orgasmo es tan intenso que, por un instante, no siento el cuerpo, estoy hecha exclusivamente de placer.

Apenas me recupero, lo tumbo de espaldas, miro su sexo duro, venoso, palpitante, con una gota de lubricación, la limpio con mi pulgar y la esparzo en el tallo, masturbándolo.

Alcanzo un condón y se lo pongo, lamiéndole el sexo, comiéndomelo hasta desaparecerlo en mi garganta, mirándole a los ojos.

Me levanto, me pongo en cuclillas y me voy clavando despacito esa pieza de acero caliente, deliciosa y viva. Me detengo por un segundo. Pensativa.

—¿Cómo dijiste que te llamas? —preguntó.

—Martín —responde extrañado.

—¿Puedo escribir sobre ti en el periódico, Martín? —le consulto. Desde luego, dijo que sí.

Hasta el martes, Lulú Petite

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