RELATOS SEXUALES
"Me puse muy cachonda con una pareja de novias vestidas de colegialas", por Lulú Petite
(Foto: Archivo El Gráfico)
Querido diario: Es un sueño, pero invadido de recuerdos. Me soñé en la agencia de El Hada, donde trabajaba hace tiempo.
Era, seguramente, la mejor agencia de mujeres de la Ciudad de México. Trabajábamos a domicilio, pero al principio era en un departamento que tenía en Polanco.
Soñé a dos chicas. Sara y Valentina. Eran novias. Las soñé sentadas frente a mí, en los sofás de la sala donde recibíamos a las visitas, antes de pasar a una habitación.
Ellas estaban con sus disfraces de colegialas. Lo usábamos a veces en el horario vespertino: coletas, falditas cortas tipo uniforme, poco maquillaje, blusas de botones y calcetas. Valentina tenía la piel muy blanca y con el cabello castaño, tirándole a rojo. Sara era una morenita de pelo ondulado y enormes senos.
Yo las miraba fijamente y ellas, como si yo no estuviera presente, se besaban enroscadas en el sillón.
Sus manos jóvenes recorrían sus curvas e iban desnudando piel por episodios.
Pero sus besos eran tan entusiastas y genuinos que, te juro, me ponían muy cachonda.
No quiero confundir a nadie, me gustan los hombres, pero siempre he tenido este gusto morboso por el sexo entre mujeres y me pone muy caliente.
Fundidas en un abrazo, devorándose sus labios y enredándose en sus melenas, roja y negra, rizada y lacia, el juego de besos era una delicia que sólo incrementó cuando el tremendo seno de Sara salió de la blusa y Valentina comenzó a chupar el pezón erguido, perfecto.
Las faldas levantadas, los muslos abiertos, ellas apasionadas, dispuestas, quizá enamoradas y dejándose llevar.
Justo en ese momento, desperté y no tuve otro impulso que el de masturbarme recordándolas.
Hasta el martes, Lulú Petite