RELATOS SEXUALES

"Un aullido de placer, porque de perrito se siente más rico", por Lulú Petite

"Un aullido de placer, porque de perrito se siente más rico", por Lulú Petite

"Un aullido de placer, porque de perrito se siente más rico", por Lulú Petite (Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 22/09/2022 19:08 Lulú Petite Actualizada 19:08
 

Querido diario: Estaba de perrito, con las rodillas y las palmas de mi mano en la cama. Me doblaba para levantar un poco más el culo, puse mis antebrazos en el colchón y pegué mi cara a la almohada.

Él esparció mis jugos por mi vulva, clavó su pene a fondo y comenzó a moverse con buen ritmo.

Me tomó de la cintura con ambas manos. Entraba y salía jadeando, yo aullaba de placer. Apreté las sábanas para evitar que me desplazara en cada embestida, sentía su pene taladrarme cuando un orgasmo fulminante me explotó en el pubis, para hacer fuegos artificiales, en mi pecho, en mis venas, en mi cabeza. Vi blanco y por poco me desplomo de lo vivo del orgasmo. Él, sin embargo, siguió moviéndose.

Mi placer era tan intenso que se volvió casi insoportable. Gemía un segundo orgasmo, cuando él explotó.

Sentí la descarga de su leche llenando a chorros el condón. Suspiré, con las piernas temblorosas. Había estado riquísimo. Él se quedó unos segundos dentro de mí, antes de tumbarse a un lado mío. La habitación olía a sexo. Él sonreía satisfecho.

Quedé exhausta. Tendida y con los ojos cerrados. Él se levantó y se metió a la ducha. Sólo un regaderazo.

Apenas salió, se lanzó a la cama. Le dije que era mi turno de ducha, pero me pidió que no lo hiciera. Dijo que le gustaba el sabor del sexo, que quería comerse mis orgasmos. Los que tuve y el que iba a tener. Me encantó su seguridad y su cinismo.

Me abrió las piernas y, con sus manos en mis muslos, metió su cara, mi vulva entera cupo en su boca. Dio un par de chupetones y después comenzó a lamer con entusiasmo. Sus manos serpenteaban por mi cuerpo, apretaba mis senos, jugaba con mis pezones y recorría mi abdomen. Su lengua, en cambio, trabajaba en los puntos exactos para volverme a llevar al cielo.

Cuando abrí los ojos, extasiada, él se limpiaba los bigotes satisfecho de haberme provocado un tercer orgasmo.

Hasta el martes, Lulú Petite

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