"ESTABA SOLA EN LA CASA"

"Logré un orgasmo, pero aún tenía muchas ganas", por Helena La Mala

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(Foto: Rosalío Huízar)

Sexo 09/06/2021 15:34 Helena Danae Actualizada 21:26
 

Hola, mis amores, feliz miércoles a todas y todos. Espero que tengan un día hermoso y les dejo mi relato para que entren en calor junto conmigo.

Ayer, por la noche, estaba sola en la casa; después de un día de películas y series, algo me faltaba. Me metí a bañar y mientras me estaba enjabonando la entrepierna, entendí qué era lo que me hacía falta.

Me salí empapada y sin toalla para llegar a mi cajón de los juguetes, tomé mi vibrador y también un dildo delgado morado que tengo, me metí a la ducha y comencé a masajear mis pezones con el vibrador, dejando que las orejitas del conejo quedaran a los lados de mi pezón; mientras estaba haciendo eso, cerré mis ojos para imaginar cómo sería una boca chupándolo, mordiéndolo y comencé a pellizcarme, para sentir esa presión que me dan mis dedos.

Mientras mi juguete seguía en mis lolas, bajé mis dedos a mis labios, todavía empapados de agua y comencé a meterme de uno por uno hasta tener tres dentro de mí.

Dejé de lado mi vibrador y tomé mi dildo, ya estaba húmeda, así que entró sin problemas. Mientras lo tenía hasta el fondo encendí el motor que tiene y comencé a sentir cómo mi centro vibraba, jadeando y con un poco de saliva en mi boca, estaba disfrutando del placer que yo misma puedo darme, yo controlaba la intensidad y la profundidad con la que me daba.

Logré un orgasmo, pero aún tenía muchas ganas, así que comencé a imaginarme cómo sería tener a un hombre conmigo en el baño, lo imaginé sentado en el banco que está en el baño, viéndome mientras me masturbaba, cómo sería que, mientras yo disfrutaba de mis juguetes, él pudiera estársela jalando, apreciando el show.

Esa idea me encendió aún más, así que pude terminar con mi consolador dentro, lo dejé en el mismo punto y tomé mi vibrador para ponerlo en mi clítoris y sentir doble placer; de repente, metía un poquito de mi vibrador en mi entrepierna para sentir ambos juguetes dentro.

Así estuve hasta que, dejando la regadera llena de mi jugo, volví en mí y dejé de lado mis juguetes, para darme una última enjuagada e irme a acostar. Dormí como bebé después de esas fantasías y ese placer.

¿Cuántas veces no hemos acudido a una buena masturbación para terminar el día y poder descansar? ¿Tú lo haces seguido? Quiero leerte en mis redes sociales. Nos vemos el próximo miércoles, para otro relato así de rico.

¡Les envío todo mi amor!

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