HELENA LA MALA

Con detalles picantes, Helena Danae cuenta cómo vive sus sueños cariñosos

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Con detalles picantes, Helena Danae cuenta cómo vive sus sueños cariñosos

(Foto: Especial)

Sexo 20/03/2024 16:22 Helena Danae Actualizada 16:22
 

Hola, mis amores, feliz miércoles. Les deseo una muy bonita semana a tod@s. 

Hoy se viene sueñito rico, de esos que te despiertan de buenas, con ganas de hacerlos realidad y de que tu cuerpo repita esas sensaciones. 

Dormí después de un día atareado, así que caí rendida, sin pijama, sólo con mis calzones.

Podía sentir la cobija sobre mis pezones y mis muslos, suave y caliente. Mi cuerpo estaba siendo apapachado por todo a mi alrededor. 

Le robé la almohada a mi pareja, así que tenía su perfume, la mezcla de sensaciones me hizo caer en un sueño profundo y cómodo. 

De pronto, ya estaba soñando. Me vi en una habitación oscura con luces cálidas. Estaba desnuda y húmeda, sabía lo que venía en camino. Por la puerta entraron tres hombres y, aunque sus caras no me eran familiares, parecía como si ya los conociera de toda la vida. 

Dos se acostaron a mi lado y uno frente a mí. Comenzaron a darme un masaje con aceite, dejándome resbalosa y relajada, el masaje pasó rápidamente a una escena erótica. Ellos con sus penes erectos y yo deseando tenerlos dentro. 

Con mis manos comencé a darles placer a dos de ellos, mientras el otro estaba dándome sexo oral. No muy húmedo y chupando todo el jugo que s alía de mi ‘almendra’.

En momentos, yo podía meter sus pepinos a mi boca y dejarlos escurriendo de saliva, el que estaba entre mis piernas las tomó para alzarlas y así poder penetrarme, los otros dos seguían dejándome jugar con ellos, mientras sus manos acariciaban mis tetas.

 Me cargaron y me acomodaron en posición de perrito, uno se quedó debajo mío y así besaba mis tetas, mientras el otro estaba de rodillas frente a mí, dándole ritmo a mi cabeza para que chupara su pepino. El tercero estaba detrás de mí penetrándome en esa posición, en un momento pude sentir cómo el que estaba abajo de mí introducía lentamente también su pene en mi centro. 

No podía creerlo, tenía dos hombres dentro de mí y mi boca también estaba llena. Podía sentir su agitación, estaban a punto de explotar dentro de mí. Mi almendra escurría su líquido y mi cara estaba empapada de su leche también. Estaba exhausta, pero extasiada. 

Me sentía como en las nubes, me giré para descansar de lado y ellos ya no estaban. Me estiré en la cama a mis anchas y ya no hay más recuerdo. 

Cumplieron su cometido y simplemente me dejaron descansar para reponerme. Cuando me desperté, recordaba lúcidamente cada parte del sueño y cada sensación. Era como si hubiera pasado, incluyendo lo del descanso profundo.

Me desperté llena de energía y demasiado contenta. No sé si algún día lo cumpla (incluso si mi cuerpo podría hacerlo), pero por lo pronto me quedo con el buen sabor de boca de que en mis sueños ya lo logré.

Los adoro de manera infinita y espero con ansias estar en sus manos en estas páginas, la próxima semana.

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