“Una sensual anécdota, para nuestra charla del viernes”, por Helena La Mala

Hola, mis amores, ¡feliz miércoles! Ya casi es viernes, ¡el día de conocernos, tomarnos fotos y platicar mucho!

Siempre que respondo preguntas en presentaciones o firmas, me preguntan por una anécdota chistosa y jamás había tenido algo que contar... hasta hace unas semanas.

Salí a dar show, con una falda tableada con fresas pintadas y una blusa casi transparente y un top rojo que apenas cubría mis pezones. Una canción de The Doors me motivó a rodar por el suelo y twerkear. Los gritos del público me prendieron, así que pasé por las mesas a bailar sensual; me sentaba en sus piernas y los dejaba apreciarme de cerca.

Había muchas mujeres viendo el show, así que pasaba con ellas y ponía sus manos en mis tetas o las dejaba darme nalgadas. Me gusta interactuar con las mujeres, me siento halagada de tenerlas como público.

La pista era baja, solo un escalón arriba del suelo, así que cuando me dispuse a subir al escenario, donde estaba el tubo, sentí que no podía sostenerme bien y me fui hacia el frente; el piso iba a recibirme. Me pegué en las rodillas y mi cuerpo tembló del golpe, quedé en cuatro. Sólo se escuchó un “iiiiii” entre el público, me dio risa y el DJ dijo: “¿alguien que la quiera? ¿O ya la chupó el diablo?” No pude evitar reírme y así, en esa misma posición, seguí bailando para disimular mi dolor.

Después del show, quedé con varios moretones y todo me dolía. Pero ahora que lo platicó sólo me da risa.

Sé que si los veo este viernes ya sabrán esta historia porque, obvio, no se pierden ningún periódico; pero estaré feliz de escuchar también sus anécdotas más chuscas. L@s adoro y nos vemos este viernes.