“En esta época siempre se me antoja tener sexo con Santa Claus”

PREGUNTA: Me siento atrapada en una relación sin sexo, sin dinero y sin amor. Lo que tenemos se llama costumbre, lo demás se ha ido agotando. Se me han desvanecido las ganas, no tengo espacio para jugar al sexo, al deseo. No tengo ganas, nos hemos convertido en una pareja lejana y sosa. Qué triste, ¿verdad?

RESPUESTA: Muchas parejas pierden la chispa y se reencuentran cuando llega una enfermedad, un duelo o un gran premio; algo externo que los haga despertar. La pasividad cobra un precio caro porque te adormila las ganas. Las parejas sexualmente activas son más felices porque se vuelve más fácil soportar a un ser que te da placer, a uno que duerme. 

 

PREGUNTA: Mi hija se fue de la ciudad y se me ocurrió rentar su cuarto. Hace unos días, vino a ver la casa un hombre guapo, más joven que yo, y quiere rentar el cuarto, pero mi hija se puso furiosa; dice que quiere tener su espacio cuando venga a la ciudad, que se lo estoy quitando yo. Me sorprendió su reacción porque sabe que ese dinero extra me va a caer bien, pero parece que está más bien celosa. ¿Verdad que no debo caer en su chantaje?

RESPUESTA: Es excelente idea rentar un cuarto que no se usa. No dejes que el egoísmo de tu hija te haga cambiar de opinión; por supuesto que entiendo que ella quiera conservar su espacio, pero hay momentos en que los hijos vuelan y las madres tienen que ver por ellas mismas. Especialmente, si el dinerito extra te va a venir bien. En este momento, piensa en ti, no en ella.

 

PREGUNTA: Mi novia no ha superado la muerte de su padre. Heredó problemas, deudas que no sabía que existían…y eso hace que se sienta triste, angustiada y, por lo mismo, no hay deseo de ningún tipo; ya estoy harto de consolarla y de que no haya acción. No sé cómo ayudarla. ¿Qué hago?

RESPUESTA: El duelo es un proceso en que se apagan los placeres y toma tiempo retomarse. Si de verdad amas a tu novia debes ser paciente y encontrar la manera de cambiar el canal de tristeza por el de las ganas. Dale apoyo y oportunidad a que la herida de su pérdida sane. Cede tiempo y mucho apapacho, déjala hablar de su dolor, escúchala y quédate cerca de ella. La intimidad se trabaja.

 

PREGUNTA: Cuando me emborracho insulto a mi novia. Eso lo  hacía mi papá con mi mamá y yo lo odiaba por eso. Luego lo odié más cuando lo encontré cogiendo con su amigo. Lo odio porque esa misma noche abandonó a mi mamá. Pero me odio a mí mismo porque cuando bebo, me gustan los hombres a mí también…¿Qué se puede hacer con este sentimiento?

RESPUESTA: Terminar con un patrón de esa naturaleza no es fácil. Necesitas buscar ayuda con un psicólogo y transformar tu odio, en comprensión a tu padre y a ti mismo. El no salir del clóset vuelve a las personas enfermizas y violentas. Hoy, la homosexualidad se mira con un lente distinto. Acepta quien eres, mientras más pronto tengas las respuestas, más feliz vas a ser.

 

PREGUNTA: En estas fechas, cuando se aproxima la navidad, es que yo empiezo a soñar con tener sexo con Santa Claus. Se lo he contado a mi esposo y aunque hace dos años le regalé un traje rojo y una barba blanca, él se niega a jugar conmigo. Mis indirectas no funcionan, por más que trato, no se presta al juego, ni se pone la barba, ni se involucra conmigo. ¿Cómo le hago para convencerlo?

RESPUESTA: Dilo abiertamente y sin indirectas. Dale oportunidad de hablar también de sus fantasías. Los juegos son la oportunidad de que ilusiones personales florezcan; dile abiertamente que quieres seguir siendo fantasiosa y juguetona, no dejes a un lado lo que te divierte.