"De tanto hacer el amor le fuimos agarrando ritmo", por Lulú Petite

"Querido diario: ¿Te acuerdas cuando nos veíamos una vez por semana? Rara vez fallabas. Siempre en el mismo motel, los lunes, a la misma hora. Acordabas con anticipación, para no esperarme demasiado, te instalabas en el cuarto y nos encerrábamos un rato cada semana.

De tanto hacer el amor le fuimos agarrando ritmo. ¿Recuerdas la vez que te la chupé mientras estabas en una llamada?

No sé qué asuntos traías pero parecían serios, mientras hablabas, con la mayor solemnidad que te era posible, yo me acerqué a tu entrepierna, bajé tu bragueta y te masturbé. Sentí cómo crecía en mis manitas hasta tener el tamaño perfecto, te puse un condón, metí tu miembro en mi boca, y comencé a chupártela, acelerando el ritmo poco a poco. 

No sé cómo pudiste terminar la llamada y cerrar ese negocio, pero apenas colgaste, aventaste el teléfono y soltaste el chorro de leche tibia que llenó el condón. Sentí tu semen golpear mi garganta. Te reíste tanto de eso.

¿Recuerdas también la tarde en que me dijiste que nunca habías cogido en un coche y tenías esa fantasía? 

Nos metimos a una villa en el motel y, sin usar la habitación, me pusiste en cuatro en el asiento de atrás de tu camioneta y me diste sin piedad.

Qué bien y qué rico nos entendíamos. Y hoy, después de un año ausente, me llamas.

— ¿Dónde te habías metido?, pregunté.

— Lulys. Estuve en Argentina a mediados del año pasado. Allá me dio Covid. Sobreviví de milagro, estuve meses internado. Cuando me recuperé estaba enamorado de una argentina. Fue bonito, pero terminó. Ahora estoy aquí ¿Te puedo ver?

Me pareció un descaro, pero acepté verte. Igual eso, te lo cuento el jueves, ¿va?"

Hasta entonces, un beso.