RELATOS ERÓTICOS

“Así es como una manita muy traviesa me ayuda a llegar al éxtasis”, por Helena La Mala

“Así es como una manita muy traviesa me ayuda a llegar al éxtasis”, por Helena La Mala

(Foto: Rosalío Huízar, El Gráfico)

Sexo 08/09/2021 17:05 Helena Danae Actualizada 17:05
 

Hola, mis amores, feliz miércoles a tod@s. Espero estén de maravilla. Esta columna se ha convertido en mi diario, el lugar donde plasmo mis más profundos deseos y sensaciones.

Ustedes son testigos de lo que mi piel y mi centro perciben, de cada caricia y cada penetración.

Mientras vivo todas mis experiencias, pienso en el momento en el que les contaré todo; por eso, soy feliz de que cada miércoles me tengan en sus manos.

Nunca les he platicado lo que mi cuerpo siente cuando me masturbo o tengo un orgasmo; jamás he profundizando en cada sensación o cada pensamiento que pasa por mi cabeza; bueno, hoy los complaceré.

Antes de comenzar a tocarme, lo medito, no es como que simplemente me den ganas y ya. Antes de meter la mano pienso en esa sensación que tendré cuando mis dedos rocen mi clítoris, en lo que sentirán al palpar la humedad de mi
vagina. Después de imaginármelo, comienzo... mi mano siente el roce del calzón, mi monte de Venus reacciona al roce de mis dedos.

Cuando llego a la parte húmeda y caliente de mis labios exteriores, me gusta sentirlos gruesos y esponjosos.

Luego, un dedo recorre suavemente mis húmedos labios inferiores, sintiendo esa superficie tan lisa y resbalosa. Al momento, mi cabeza entiende que estoy a punto de partir hacia mi centro para poder acariciar mi clítoris.

Mis piernas sienten una tensión fuerte, como si me diera un suave calambre. Mis yemas recorren los pliegues de mi clítoris al moverse en círculos. Subo la intensidad y siento en mi dedo ese bultito duro que hay debajo de la piel de mi clítoris, esas terminaciones nerviosas.

Aumento la intensidad y contengo la respiración, mientras mi dedo se mueve de un lado al otro en mi clítoris, hasta que por fin viene esa calma. Nada pasa por mi cabeza, respiro profundamente y disfruto de esa paz que me da un
orgasmo.

Espero que tú también puedas imaginarte cada sensación. Nos leemos la próxima semana.

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