PREGUNTA: Hola, me gustaría que me dijeran si lo que me pasa es algo normal, si es una etapa o estoy mal. Me he dado cuenta que de un tiempo a la fecha me cansan las relaciones largas. Cómo que llega un momento en que lo novedoso se pasa y las rutinas me incomodan, no sirvo para hacer lo mismo todo el tiempo. La verdad es que cuando tengo pareja solo lo disfruto unos cuantos meses, pero en el momento en que la relación “se acomoda” me siento atrapado y la doy por terminada. El asunto es que ni siquiera se trata de que ellas hagan algo mal o de que las cosas no funcionen, simplemente me empiezo a aburrir cuando ya se me pasó la novedad. ¿Es malo? Octavio B
RESPUESTA: Te recomendamos que vayas con un psicólogo porque por lo que cuentas, tienes una gran fobia al compromiso. No es el hecho de que deje de haber cosas novedosas, lo que te ocurre es que al avanzar la relación las parejas van acomodando su vida para que su tiempo juntos y la vida en general tomen cada una su espacio y el “noviazgo” se asiente para pasar a un nivel más serio, de mayor compromiso aunque no necesariamente con más tiempo juntos, y es esa parte a la que le huyes. El compromiso en una relación es muestra de madurez, de responsabilidad y tú no la tienes; es necesario que veas la razón por la que no avanzas en tu maduración.
PREGUNTA: Hola. Creo que este dilema que tengo lo padecen muchas personas, pero no me queda del todo claro porque es tan difícil saber si está bien querer o no que nuestro ex vuelva. Me refiero a que hay veces que la relación necesita de espacio y de alejarse para como dicen valorar lo que se tiene, y es cuando sería bueno volver, pero me encuentro con muchas opiniones que dicen que las segundas partes no son buenas y que es un error regresar a donde las cosas ya no funcionan. Por eso es mi duda, yo estoy deseando volver con mi ex pero no quiero regresar a la mismo. Ayuda. Liliana Z
RESPUESTA: Una cosa es lo que deseamos y otra cosa es lo que nos conviene, y muchas veces no se dan conjuntas. En las relaciones patológicas se puede desarrollar codependencia que más que hacernos bien nos daña, pero nos quita la ansiedad de enfrentar otras frustraciones o traumas, por ejemplo regresamos o permanecemos en una relación que nos daña con alguien que nos maltrata porque no podemos enfrentar el miedo a estar solos, a que no podamos mantenernos. Para tener herramientas claras para valorar si hay futuro personal con una pareja y si la relación merece ser rescatada es necesaria la ayuda de un terapeuta de parejas, o de un psicólogo.
PREGUNTA: Espero me aclaren mi duda, porque la verdad ya no sé que esperar de la vida amorosa. Yo soy fan de las novelas de amor y romance, me gusta leerlas o verlas en cine o series, pero a últimas fechas, conozco cada vez más mujeres que me critican por eso, pues dicen que son historias llenas de acoso, y en más de una vez me han dicho que eso de la seducción es un acoso encubierto. Yo la verdad ya no entiendo nada, por una parte no estoy a favor de la violencia de género ni sexual, pero entonces ¿donde esta esa parte que hace “especial” la relación de una pareja para ser más que simples amigos y llegar a ser grandes amantes? ¿la seducción es acoso? Ayuda. Ana Camila J
RESPUESTA: Tienes razón en que hoy existe mucha confusión y mala información sobre todo lo que tiene que ver con la sexualidad humana y una de ellas es lo que atañe a la seducción, pues para algunas personas es una manera de acosar. Sin embargo hay una diferencia que debemos tomar en cuenta para saber cuando la seducción es legítima y sana o cuando estamos frente a una situación de violencia. Lo primero es que la seducción no es solo una acción, ni una actitud aislada, es una manifestación de la personalidad que hace a la persona atractiva hacia los demás; mientras que el acoso es un acción negativa que se tiene para establecer una persecución constante sobre una persona para ejecutar sobre ella cualquier tipo de maltrato ya sea físico, moral, psicológico, a través de la violencia o la intimidación. Una persona carismática genera cierta fascinación o atracción que provoca en otras personas su deseo o su afecto. Si bien hay personas que seducen para aprovecharse de los demás, la diferencia está en que uno acepta voluntariamente ser seducido, mientras que el acoso se da por la fuerza. Cuando una persona es seductora y se arriesga a seducir se expone a que pueda ser rechazada y no pasa más, si el otro acepta el juego se da una relación consensual donde uno juega el papel del conquistado y otro del conquistador lo que resulta excitante para ambos. Un acosador no tiene la aceptación del otro por lo que le obliga por medio de chantajes u otras técnicas de intimidación.