Se podrá no volver a escuchar el “¡Eh puto!”

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 23/09/2019 00:11 Gerardo Velázquez de León Actualizada 07:45

Muy bueno que la Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX intenten erradicar el “¡Eh puto!” con acciones concretas y castigos directos. Nadie puede negar que es un grito grotesco, vulgar y alejado de los valores que debe tener el deporte. Hasta ahí todo bien, ojalá el público entienda, recapacite y deje de hacer esa corriente acción.

Saber quiénes son los que lo gritan será la labor de los directivos, porque —en una de esas— se puede “sembrar” público en el estadio del rival solamente para afectarlo. Por eso, es tan importante implementar un sistema de detección de quién es quién en el estadio, para conocer perfectamente quién se sienta en lugares asignados. Hay países como Turquía en los que, para comprar un boleto, se debe dar de alta al aficionado en una base de datos, se le entrega una credencial y el equipo sabe dónde está sentado, así que si un grito proviene de cierta zona, sabrán perfectamente de quién se trata. En pocas palabras, hay que invertirle dinero, algo que seguramente evitarán.

Cuando se les tocan los intereses es cuando actúan; por eso lo hacen ahora de esta forma. Pero además de evitar que vuelva a suceder, deberían enfocarse también en una revisión profunda de sus agremiados, que los valores sean fundamentales para el Juego Limpio. La agresión de la semana pasada de Nahuel Guzmán sobre Edgar Méndez generó mutis en todos, porque nadie se manifestó, ni la directiva de Tigres, ni la Liga, ni la MLS, nadie, absolutamente nadie.

En una competencia en la que está de por medio la imagen de la Liga MX, deberían aplicar sanciones. Igualmente, cuando en una rueda de prensa un entrenador se la pasa lanzando insultos a la autoridad, como fue Miguel Herrera a Paul Delgadillo, a quien no bajó de imbécil, estúpido y quién sabe cuántos insultos más, solamente porque el exsilbante reconoció que se equivocó en una jugada en la final América contra Cruz Azul de 2013.

Ahí, nada de la Liga, nada de la Federación. Es decir, es muy malo que se grite “¡Eh puto!” en la tribuna, pero es normal que un entrenador públicamente insulte a un árbitro. También se ve con naturalidad que un portero agreda arteramente a un compañero de profesión; en pocas palabras, doble moral. Cuando está en riesgo un Mundial sí se aplican medidas, cuando no pasa nada y no se afecta a intereses de los dueños, entonces dejan que vayan pendencieros disfrazados de jugadores o entrenadores merolicos, quienes no hacen más que dar show.

El futbol mexicano debe modernizarse hasta en los castigos, implementar medidas para respetarse unos a otros, porque es claro que el Código de Ética sirve para maldita la cosa. Es un adorno que se utiliza cuando les conviene. Mientras no sea contra ellos, que siga el carnaval.

De verdad que sería maravilloso no volver a escuchar el “¡Eh puto!”, pero sería igual de magnífico tener afiliados respetuosos de los valores del deporte y que no salgan con la payasada que ahora el futbol debe ser sancionado por un cura; eso no, es simple pretexto para seguir la impunidad que hay.

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