Se acabó el gas en el futbol de estufa

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 11/07/2019 23:35 Gerardo Velázquez de León Actualizada 12:28

 ¿Cuál será el temor de los directivos del futbol mexicano? Ha sido un mercado de contrataciones paupérrimo, sin futbolistas que vengan a la Liga MX a fortalecerla, a renovar ilusiones y que los aficionados esperen el silbatazo inicial con ansia.

Solamente el cambio de Oribe Peralta del América a las Chivas, un veterano de 35 años de edad, o el fichaje de Giovani dos Santos a Coapa, pero es un jugador que participó por última vez en un partido profesional en septiembre de 2018. Mediáticos, sí; con altas y grandes interrogantes, también.

Es decir, en tiempos en los que las inversiones son cada vez menos en todas las industrias, la del futbol no se queda atrás. Faltan siete días para el arranque del torneo y solamente Cruz Azul ha intentado algo distinto, con la llegada del mediocampista argentino Pol Fernández y el defensa paraguayo Juan Escobar. Seguirán pujando por Lucas Cavallini, canadiense que —si bien ya se ha adaptado y ha demostrado ser un futbolista funcional— tampoco es la “bomba” del verano.

Monterrey, que también le guiña el ojo a Cavallini, sólo ha confirmado la salida al San Lorenzo del paraguayo Adam Bareiro, de 22 años de edad, quien no logró afianzarse. El tiempo sigue corriendo y el deseo de contar con el buen futbolista uruguayo Cristian Stuani se puede esfumar. Es decir, todo apunta a que, si bien le va, solamente llegará una cara nueva al plantel.

Tigres es el más notorio. Nada, absolutamente nada. Y aunque no lo necesita, al tener un plantel muy completo, de calidad y adaptación demostrada, siempre intentaba dar un golpe a su talonario para mostrar su capacidad económica. Hoy, el campeón con austeridad evidente.

Pumas, con dos contrataciones de exatlistas, quienes tampoco mueven nada mediáticamente. Juan Pablo Vigón y Martín Barragán, así como el argentino Nicolás Freire. Una traición al proyecto de Cantera al traer dos mexicanos que fácilmente podrían ser fabricados en casa, pero la desesperación por no volver a hacer el papelón del torneo anterior los lleva a decisiones atrabancadas.

Chivas repatria a un atlista como Antonio Briseño y regresa al plantel a Oswaldo Alanís y a Antonio Rodríguez, tampoco nada que presumir.

O a la estufa se le acabó el gas o la crisis es verdadera, también en el futbol, y con eso que ya no hay descensos deportivos, es más fácil guardar 120 millones de pesos y pagar la multa a invertir en bien del espectáculo. No existe una ventana de fichajes tan pobre como ésta. 

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