Vive sin culpa ni vergüenza y deja fluir tus emociones

Vive sin culpa ni vergüenza y deja fluir tus emociones

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 28/02/2020 10:00 Víctor Jiménez Actualizada 18:02
 

¿Eres  de los que se disculpan continuamente? ¿Pides “perdón” por cada frase que dices, decisión que tomas o idea que expresas? ¿Te disculpas incluso por cosas que están fuera de tu control, como el clima o el comportamiento de una amiga? Si es así, es probable que estés tomando demasiada responsabilidad por todo lo que sucede en tu vida.

Cierto es que parte de la madurez consiste en tomar la vida en nuestras manos. Pero en realidad no eres responsable de muchas cosas que te ocurren o te tocan vivir. Por ejemplo, no eres responsable de haber nacido en una familia difícil. Tampoco es tu culpa que tus padres no te hayan enseñado a expresar tus afectos físicamente, por medio de abrazos o caricias. No eres culpable de haber vivido acoso sexual o abuso por parte de un miembro de tu familia. Y estas son cosas por las que no deberías sentirte culpable o disculparte porque no están o estaban bajo tu control. Aquí hay algunas cosas por las que no es necesario disculparte o sentir vergüenza.

Sentir emociones. ¿Y qué si tiendes a llorar cada vez que hablas de temas delicados o dolorosos con tu pareja? ¿Y qué si te apasionas o te llenas de alegría por algo que es importante para ti? ¿Quién dice que debes sentir la alegría, tristeza, enojo o el desagrado con cierta medida? Pero cuidado, una cosa es sentir las emociones intensamente y otra diferente es lo que haces con esas emociones, sobre todo con el enojo, desagrado o tristeza.

El rechazo de alguien más. No es tu culpa, ni motivo de vergüenza que a alguien no le guste el color de tu piel, tu forma de bailar, tu voz o tu ideología política. No es tu problema, en sí, no es un problema, cada quien puede tener diferentes gustos y formas de actuar. En tu vida va a estar quien te acepte por como eres.

Pequeños errores o fracasos. Y también los grandes. Todos somos humanos, por lo tanto tendemos a cometer errores y a fallar, está en nuestra naturaleza. ¿Conoces a alguien que no haya cometido nunca ningún error? Yo no. Somos imperfectos, y así está bien, es parte de nuestra naturaleza. Somos seres perfectibles (siempre podemos mejorar) pero estamos lejos de la perfección. Si eres tolerante con los errores de los demás, ya es otra de que lo seas también contigo mism@.

No tener los mismos privilegios que otros. El que no te puedas comprar ropa de marca o de diseñador como otras personas no es motivo de vergüenza. Cada quien tiene lo que  puede de acuerdo con sus circunstancias. Evita comparar el tipo de restaurantes a los que vas, la casa en la que vives. Tener o carecer de estos privilegios no te hace mejor o peor persona.

Tus necesidades. Nunca te avergüences por tener ciertas necesidades, por ejemplo, una relación de pareja cerrada o relaciones sexuales más frecuentes. Evita disculparte por las cosas que te llenan, admítelas en tu vida y recuerda que las mereces. Y esto también aplica a los placeres culposos: tu música, un fetiche hacia los zapatos o las mujeres dominantes. 

Anteponer tus necesidades  a las ajenas. Satisfacer tus necesidades es un acto de generosidad hacia ti mism@. Cuidar tu corazón, tu mente, cuerpo y alma es esencial. No te sientas culpable por tomar una siesta.

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