¿Tienes hambre de caricias? Entonces esto te interesa

¿Tienes hambre de caricias? Entonces esto te interesa

(Foto: Archivo, El Gráfico)

29/05/2020 08:45 Víctor Jiménez Actualizada 14:51
 

Si últimamente has experimentado un estado de ánimo bajo, ansiedad, soledad, estrés, alteraciones del sueño, pereza o baja productividad, bien podría deberse a la falta de contacto físico, de tocar y ser tocado.

Y esto es algo profundamente humano y comprensible. La ausencia de toques y caricias puede afectar gravemente a quienes están acostumbrados a la cercanía física y que a raíz de la sana distancia hoy están apartados.

Porque así como tenemos una necesidad de beber agua para calmar la sed y el deseo de comer para saciar el hambre, también tenemos una especie de hambre de caricias, de roces, de abrazos, de besos, de contacto físico.

Quienes se ven mayormente afectados por esta carencia de contacto piel con piel son quienes viven solos, los adultos mayores y los que están en confinamiento a solas.

Para estas personas, la falta de contacto físico es algo común. Imagina la privación de contacto físico que padecen los enfermos en el hospital o quienes están en cuarentena, aislados del resto de sus familiares.

¿Qué efectos tiene la ausencia de tacto? Cuando dejamos de utilizar el sentido del tacto y el contacto físico disminuye, se debilita el sistema inmunológico, se afecta el ritmo cardíaco, además se altera la presión sanguínea.

También disminuye la oxitocina (la hormona del amor) y aumenta el cortisol (la hormona del estrés). Esto es así, porque la falta de caricias y sensaciones táctiles nos da la sensación de que algo está mal, de que estamos en una situación amenazadora.

Nos sentimos aislados del resto de la humanidad, solos, en riesgo. Así funciona el cerebro humano.

Por otra parte, las caricias y el tacto piel con piel reduce el estrés, calma el sistema nervioso, baja el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el estrés. El sistema inmunológico gana fuerza y la probabilidad de padecer ansiedad y depresión se reduce.

Con el contacto piel con piel, el cuerpo produce serotonina, un neurotransmisor que contribuye a regular la ansiedad, el miedo, la angustia y la agresividad.

¡Nos volveremos a abrazar! a estar juntos, a tocarnos. Mientras, sigue respetando la Sana Distancia.

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