No vivas peleado con la vida y los cambios

No vivas peleado con la vida y los cambios

(Foto: Unsplash)

ZONA G 24/07/2020 09:39 Víctor Jiménez Actualizada 16:39
 

Los cambios involucran mucho estrés y a los seres humanos nos disgusta el estrés. Estés listo para los cambios o no, aunque te disguste el estrés al que te enfrentan, éstos ocurren constantemente, a diario, a cada momento. No hay escapatoria. Y la forma de reaccionar a ellos es precisamente lo que hace nuestra vida más fácil o más complicada, o que las cosas sean más o menos dolorosas.

Los cambios a veces están relacionados con cuestiones médicas, ambientales, la familia, el trabajo, incluso las políticas nacionales o internacionales. Sobre todo, cuando tú no has elegido el cambio, éste te sacude. Entonces te ves forzado a renunciar a una comodidad; adaptarte a una nueva forma de trabajar o a un estilo de vida diferente; desarrollar nuevas habilidades, como el uso de la computadora; aprender a lidiar con emociones que no habías sentido con tal intensidad.

Diferentes formas de afrontar el cambio. La elección es tuya. Puedes resistirte a los cambios, oponerte con todas tus fuerzas y pelearte con las situaciones nuevas y lo diferente. Por ejemplo, luchar contra el hecho inevitable de que el tiempo pasa y estás envejeciendo es una receta perfecta para el sufrimiento. También puedes hacer como si los cambios no estuvieran ocurriendo, en cuyo caso te estarías engañando a ti mismo. A veces no nos damos cuenta de los cambios, o no queremos darnos cuenta de ellos. Quizás te niegas a aceptar que la relación con tu esposo se ha convertido en una fuente de tensión o maltrato constante. El autoengaño en este caso es fuente de sufrimiento.

Pero hay una tercera opción. Ésta consiste en darle la bienvenida a los cambios, es decir, dejar de pelearte con lo nuevo, lo diferente. Para enfrentar los cambios de esta manera, ya sea que estén sucediendo en este momento o que vengan más adelante, a continuación comparto contigo algunas ideas:

Aprende de tus experiencias pasadas. De éstas seguramente recordarás que, sin importar los cambios y la dificultad de la nueva situación, al final aprendes a vivir con ella. Mientras estás inmerso en lo nuevo te parece imposible llegar a adaptarte, sobre todo si el cambio no fue idea tuya. La capacidad del ser humano para adaptarse es increíble. Confiar en que te puedes adaptar trae tranquilidad y una mayor disposición a vivir los cambios.

Afronta el temor. Claro, esto se dice muy fácilmente, pero hacerlo requiere de cierto esfuerzo. Para empezar, pregúntate “¿qué es lo peor que podría suceder?”. Esto te da un poco más de perspectiva. ¿Eso que imaginas que podría suceder es realmente terrible? ¿Imposible de enfrentar? ¿Algo que no le deseas ni a tu peor enemigo?

Ve al cambio como una oportunidad. A veces cuesta ver al cambio como una oportunidad, pero lo es. Aunque parezca que pierdes algo, de manera automática algo nuevo lo reemplaza. Y lo nuevo puede ser también tan bueno como lo anterior, o mejor. Hay que estar abierto a la oportunidad que trae el cambio. Si te entregas al pesimismo, te costará más ver la oportunidad en la nueva situación.

En el cambio siempre existe la posibilidad de crecer. Una de las maneras de crecer personal o profesionalmente es a través de la adaptación. Todos hacemos planes acerca de cómo nos gustaría que sucedieran las cosas. Pero esos planes no siempre ocurren como los pensamos. En muchas ocasiones, el camino hacia nuestras metas está lleno de obstáculos, de retos, de cambios. Al enfrentar estas situaciones tenemos dos opciones: decepcionarnos y entregarnos a la parálisis o adaptarnos a lo que la vida nos ofrece y sacarle el mayor provecho a las nuevas situaciones, lo que nos hace crecer.

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