¿Murió un familiar tuyo? Lee esto y alcanza la paz

¿Murió un familiar tuyo? Lee esto y alcanza la paz

(Foto: Unsplash)

15/01/2021 15:47 Víctor Jiménez Actualizada 18:47
 

En esta pandemia muchos estamos enfrentando la partida de seres queridos. Y con las condiciones de sana distancia cuesta mucho más elaborar el duelo. No hay velorios o funerales, y en el caso de los católicos, rezar el rosario no se puede hacer de manera presencial.

Todo esto dificulta procesar la muerte de un ser querido. Para ayudarte a transitar por esta difícil tarea, a continuación encontrarás algunas ideas, basadas en el modelo de elaboración de duelo del Dr. Worden.

Aceptación de la realidad de la pérdida

La aceptación no siempre tiene lugar de manera inmediata. En el caso de la muerte por Covid-19, la rapidez con que ocurre es un factor que dificulta la aceptación inicial de la pérdida.

A pesar de saber que la persona ha muerto, te niegas a la idea (“No es posible, pero si la vi hace unas semanas”). Toma tiempo para aceptarlo mental y emocionalmente. Aceptar es rendirse a la realidad tal cual es. Dejar de luchar contra esta realidad es esencial para poder adaptarse y continuar, es decir, sobreponerse a la pérdida.

Hacer los arreglos para la cremación, rezar los rosarios en línea, recoger las cenizas, tramitar el acta de defunción o cancelar cuentas ayudan a aceptar la realidad, pues te confrontan con ésta.

Aun así, es probable que osciles entre la incredulidad y la aceptación por un tiempo. Hablar en pasado acerca de tu ser querido contribuye a la aceptación. También puedes probar con repetir, mental o verbalmente, tu intención y tu deseo de aceptación: “Que yo pueda aceptar con humildad la pérdida de mi tío…”. 

Procesar el dolor del duelo

A veces las personas, con buena intención, desean motivarte a estar mejor: “Sé fuerte, sigue adelante, no te dejes vencer por la emoción”. Pero en muchas ocasiones esto significa negar las emociones, reprimirlas, no llorar, “hacerte el fuerte”, negar la vulnerabilidad.

Esto es antinatural, pues estás pasando por un período de mucho dolor. Es imposible no llorar, no sentirte vulnerable, no expresar tristeza, miedo, soledad, desesperación, culpa, ira.

Es mucho más útil y sano reconocer, comprender y hablar acerca de estas emociones para poder procesarlas. Para hacerlo hay que estar en contacto con el cuerpo, sentirlas en el cuerpo, aunque no sea agradable. 

Evitar la incomodidad, por medio de las distracciones extremas, medicamentos o la adicción al trabajo deja las emociones sin procesar y a la larga resulta dañino mental, emocional y físicamente.

Sentir las emociones profundamente durante el periodo de duelo te permite procesarlas sanamente. Habla acerca de lo que sientes con personas de tu confianza, escribe cómo te sientes, haz rituales que te sirvan para elaborarlas. 

Aprender a vivir sin la persona fallecida

Esto puede ser especialmente difícil para los viudos o las viudas, pues necesitan ajustarse a la nueva vida sin su pareja. Muchas veces comprendemos el papel que la pareja juega en nuestra vida sólo cuando ésta falta.

Y las creencias se ven afectadas también. Hay cosas que dabas por hecho y que descubres ya no van a ser así: “A nosotros no nos va a pasar algo así” o “mi padre siempre va a estar para apoyarnos económicamente”. En esta tarea es importante aceptar que las cosas nunca más volverán a ser como eran. 

Crear una nueva conexión con el ser querido y crear una nueva vida

Es necesario aprender a relacionarse con la persona fallecida de una nueva manera: a través de los recuerdos. Es importante recordar que no se pierde la conexión con la persona que murió.

Permite que, gradualmente, el dolor se convierta en recuerdos amorosos. Comenzar una nueva vida significa involucrarse en actividades placenteras, conocer nuevas personas, iniciar nuevas relaciones. 

Puedes moverte de una a otra tarea y volver a cualquiera de ellas. De hecho, así es como generalmente ocurre, pues algunos de los cometidos requieren más tiempo o esfuerzo que otros. 

EL DATO

Debido a la pandemia de Covid-19, el 2020 fue el año con más personas fallecidas, en un periodo de doce meses, en la historia de México. 

LA FRASE 

“La muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente”, del escritor francés François Mauriac.

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