La instalación del altar de muertos es un ritual anual en México realizado con gran devoción. Además de honrar a los muertos, la elaboración del altar ayuda a conectar con emociones y expresarlas, mitigar el dolor por la pérdida, hacernos conscientes de lo transitorio de la vida y puede contribuir en la despedida y la resolución de asuntos pendientes.
Una forma de hacer de la ofrenda de muertos una experiencia más personal y significativa, además de dar un cierre a asuntos pendientes con el fallecido, es a través de una carta. La idea es expresar cómo viviste su muerte y resaltar algunos aspectos de la vida con él/ella.
Esta puede ser una experiencia emocional. Si te es posible hacerla en privado, mucho mejor, pues así puedes permitirte tocar tus emociones y expresarlas.
Una vez escrita, la carta puede incluirse en la ofrenda del Día de Muertos, quemarse y colocar las cenizas o leerla frente al altar a solas o en compañía de personas queridas, tú decides cómo te sentirás mejor.
ESTOS SON LOS ELEMENTOS QUE PODRÍA CONTENER ESA CARTA:
Lo que significó en tu vida
Asegúrate de hacerle saber a tu ser querido que su vida no fue en vano. Quizás estuvo llena de significado para ti y otras personas. Menciona lo bueno que dejó atrás y las razones por las que lo recordarás.
¿Qué significa su ausencia?
Puedes comenzar por explicarle lo difícil de su ausencia, estar sin él/ella. No se trata de hacer un reclamo, sino de hacerle saber cuánto lo extrañas. Podrías incluso hacer un recuento de las diferentes emociones que has ido experimentando desde su muerte.
Lo que faltó decir
No siempre tenemos la oportunidad de despedirnos del ser querido cuando todavía está consciente y nos puede escuchar y responder. Quizás en tu caso quedaron cosas sin decir, que es importante expresar y escucharte decirlas. Tu corazón te agradecerá el alivio, después de decir lo que faltó expresar.
Lo que lamentas haber dicho
También hay cosas que dijimos y que quisiéramos no haber dicho. En ocasiones, éstas son las más. Podría tratarse de algo que ofendió o hirió al ser amado. Quizás algunas de estas palabras resuenen en tu cabeza en forma de culpa y muevan tu corazón de tanto en tanto. Esta es tu oportunidad para darles voz, incluso acompañadas de un “discúlpame” o “perdóname”.
Lo que faltó hacer
Acciones que siempre quisimos tomar, pero que por una razón u otra no tomamos, nos mantienen inquietos. ¿Qué te gustaría haber hecho que no tuviste la oportunidad, el valor o la sensibilidad para hacerlo? Esta es una especie de confesión, así que decir esto puede ser muy liberador. Y si ahora entiendes las razones que te llevaron a evitar eso que tanto quisieras hacer ahora, coméntalo en tu carta.
Lo que lamentas haber hecho
El remordimiento y la culpa nos impide tener la paz que deseamos, si en algún momento actuamos de manera contraria a nuestros valores. Si este es tu caso, no dudes en escribir cómo te sientes por haber hecho eso de lo que te arrepientes. Liberarte a través de la expresión te puede llevar más fácilmente al perdón de ti mismo/a.
La vida sigue
Al final de la carta, como parte de la despedida, asegúrate de decir que tú seguirás con tu vida, pues todavía estás viv@. Todavía tienes muchas cosas por hacer, personas que conocer, lugares que visitar, experiencias que vivir. Agradécele que haya estado en tu vida y dile: “Siempre te recordaré y siempre estarás en mi mente y mi corazón”.
EL DATO
Los rituales de despedida tienen una gran importancia en el proceso de elaboración y aceptación de una pérdida. Ayudan a hacer más real la pérdida y permiten compartir el dolor. La mente necesita ver y participar de esta experiencia para marcar el duelo. Sin embargo, debido a la pandemia por Covid-19 los rituales de despedida han sido interrumpidos o afectados.
LA FRASE
“Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”, Mario Benedetti, escritor uruguayo.
