Cuando la depresión llega, así es como se siente

Cuando la depresión llega, así es como se siente

(Foto: Unsplash)

21/08/2020 17:07 Víctor Jiménez Actualizada 22:07
 

Después de un periodo largo de confinamiento y de estar viviendo una pandemia, algunos nos sentimos levemente deprimidos. La situación tremendamente estresante e incierta, el temor de perder el empleo, el encierro, la falta de esparcimiento al aire libre y la ausencia de personas queridas debido a la distancia social, todos estos son ingredientes para deprimirse.

Se trata de una depresión reactiva: generalmente de corto tiempo y relacionada con una situación altamente estresante. Este tipo de depresión puede surgir después de un evento o varios eventos traumáticos, por ejemplo, problemas en el trabajo o la escuela, enfermedad, muerte de alguien querido, mudanza, problemas de relación.

¿Cómo se siente la depresión? 

En el caso de la depresión situacional, generada por el estrés vivido, la persona se siente sobrepasada, abrumada por la situación e impotente para enfrentarla. Estos son algunos de sus síntomas:

Tristeza y desesperanza.

Dificultad para disfrutar actividades que antes eran divertidas o interesantes.

Alteraciones del sueño, insomino o dormir más de lo normal.

Deseo frecuente de llorar.

Sensación de estar “apagado”, con baja energía, fatiga o desánimo.

Cambios importantes en el apetito: disminución o aumento.

Dificultad para concentrarse o para tomar decisiones.

Pesimismo: pensar que todo va mal.

Pensamientos acerca de la muerte o de terminar con la propia vida.

A veces, una persona comienza con una depresión reactiva o situacional y se convierte en una depresión grave, que requiere otro tratamiento. Para evitar que el estado de ánimo depresivo se prolongue, además de asegurarte de mantenerte en actividad, dormir bien y hacer ejercicio, pon atención a tus pensamientos, pues éstos pueden afectar tu estado de ánimo.

Pon atención a las historias de tu mente. Cuando nos sentimos “bajoneados”, las ideas e historias que nos contamos tienden a ser negativas: “A mí siempre me salen mal las cosas”, “Soy un verdadero fracaso”, “No tiene caso seguir intentando” o “Los demás estarían mejor sin mí”. Recuerda: cuando estás deprimid@  se sienten como si fueran verdad, con frecuencia no lo son y sí pueden contribuir a la depresión.

Estas ideas negativas son creaciones de tu mente. Y si de crear historias se trata, hay muchas otras más cercanas a la realidad:

“Quizás sí he tenido algunos fracasos, pero también muchos éxitos”

“Es cierto, algunas cosas no han salido bien, pero otras sí son satisfactorias”

"No me gusta cómo soy hoy, pero  no es cierto que  estarían mejor sin mí”

Comienza a poner atención a tus pensamientos; sobre todo, cuando tu estado de ánimo va para abajo. Si te mantienes atent@, es más fácil identificar cuándo comienza y hacer algo al respecto. Pregúntate: “¿Qué pasó por mi mente justo antes de empezar a sentirme tan desmotivado?”, “¿Qué me dije?” Escribe las respuestas.

Una vez identificadas, puedes cuestionarte si estas ideas son verdad, producto de tu estado de ánimo o un mal hábito de recurrir a ideas pesimistas. Identificarlas es el primer paso para quitarles poder.

Google News - Elgrafico

Comentarios