Cuando alguien cercano a ti fallece puedes sentir malestar y tristeza, quizás enojo. Además de estas emociones, hay otros sentimientos que aparecen.
Uno de los que normalmente aparecen es la culpa. Cuando alguien querido muere, surge una necesidad de culpar a alguien. A veces culpas a los médicos o a otros familiares. Pero culparte a ti mismo es lo más común. Tu mente irracional encuentra con facilidad prácticamente cualquier cosa que te haga sentir culpable.
Entonces aparecen ideas como éstas: “Debí haber puesto más atención cuando me dijo que no se sentía bien. Pasó por esta enfermedad solo”. “No debería haber sido tan egoísta hacia mi esposo antes de que muriera”. “Podría haberla llevado a otro hospital. Soy el culpable de su muerte”.
Razones por las que te podrías sentir culpable:
- Por no haber podido estar con tu ser querido en el momento de su muerte o por no haberte despedido.
- Porque piensas que podrías haber hecho algo diferente para evitar su muerte.
- Porque desearías haber dicho o hecho algo mientras tu ser querido todavía estaba vivo.
- Porque dejaste de hacer algo que considerabas importante, o simplemente no hiciste nada.
- Porque tú estás vivo y tu ser querido no.
- Por haber infectado a tu pariente de Covid-19 o por no haberlo protegido.
Estos sentimientos de culpa son más fuertes entre más cercana es la relación con la persona fallecida. La culpa es una carga que nosotros mismos nos echamos encima, más que algo que los demás nos hagan sentir.
Nos atormentamos por lo que percibimos como fallas, omisiones, insultos, malas decisiones. Pero la verdad es que muy pocos tenemos una razón verdadera para sentir culpa. Aquí hay algunas formas efectivas para lidiar con la culpa:
- Recuérdate que hiciste lo mejor que podías, considerando las circunstancias, tu conocimiento de las cosas y tus recursos. Ni tú ni nadie puede predecir el futuro, además de tus decisiones, hay muchos otros factores que determinan que una persona viva o no.
- Habla con otros acerca de cómo te sientes. Platicar con la familia o los amigos te ayuda a reflexionar sobre la culpa. Podrías incluso unirte a un grupo de apoyo para personas que han perdido a un familiar. Si bien el sentimiento de culpa no desaparece de inmediato, sí comienza a ceder cuando hablas acerca de este sentimiento.
- Ten presente lo que sí hiciste para ayudar a tu ser querido. Por ejemplo, si te sientes culpable porque no estuviste junto a él en el momento de su muerte, cuando surja este pensamiento, piensa en por lo menos tres ocasiones en las que sí estuviste junto a él. Así compensas el sentimiento de culpa con el de satisfacción por haber hecho algo por él.
- Imagina lo que te diría tu ser querido. Concéntrate en la imagen mental que tienes de él o en una fotografía e imagina que le dices lo que sientes: arrepentimiento, culpa o remordimiento. Si hay cosas que quisieras haber dicho, hazlo. Habla desde el corazón y discúlpate. A continuación, imagina qué te contestaría.
- Recuerda que tú, como la mayoría de las personas, te acusas a ti mismo innecesariamente y por razones que no tienen una base sólida. Muestra compasión y trátate amablemente, como lo harías con un amigo querido que está pasando por algo similar a lo que estás viviendo.
- Continuamente trae a tu mente el hecho de que eres una buena persona y que jamás actuaste para hacer daño, que tus intenciones siempre fueron que quien murió estuviera lo mejor posible.
EL DATO
El síndrome del superviviente (también llamado síndrome de supervivencia o culpa del superviviente) es una condición mental que ocurre cuando una persona percibe que ha hecho mal al sobrevivir un evento traumático cuando otros no lo han logrado.
LA FRASE
“El sentimiento de culpa nos impide ver las cosas con claridad”, de la escritora británica y ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2007, Doris May Lessing
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