Bienestar, aún con diabetes

Vida 13/11/2018 05:18 Víctor Jiménez Actualizada 10:55
 

La diabetes es una enfermedad que requiere tiempo, dedicación y compromiso. Entre las cosas a las que hay que poner atención están el conteo de carbohidratos que se ingieren, administrar la medicina, la elección de alimentos, cuándo y cuánto ejercitarse, la interpretación de las medidas de glucosa. Se deben tomar muchas decisiones, lo que puede ser estresante o abrumador.

Las emociones en el diabético

En ocasiones, la diabetes puede ser impredecible: hay cambios inexplicables en los niveles de glucosa o el cansancio se apodera de la persona. Esto puede ser frustrante, sobre todo si el paciente hace todo lo indicado para estar bien. Las emociones difíciles que aparecen son: la ansiedad, la culpa, ansiedad con respecto al futuro y la desesperanza. Las relaciones de la persona con diabetes pueden afectarse debido al estrés y las emociones mencionadas. La pareja, los familiares o amigos con frecuencia se quejan del mal humor o la poca energía de quien vive con diabetes. Con seguridad, tú y yo tampoco tendríamos el mejor estado de ánimo si estuviéramos bajo estas condiciones de tensión, forzados a dedicar tanto tiempo y atención a nuestra salud, y viviendo emociones  como la ansiedad o el temor de posibles complicaciones.

¿Cómo afrontar la diabetes?

—Dejar de culparse por tener diabetes. La culpa no es una emoción positiva y reprocharse no ayuda en nada a estar mejor. En lugar de recriminarse hay que tomar responsabilidad por lo que puede hacer hoy para estar bien o mejor.

—Ser amable y comprensivo con uno mismo. Comprender que si bien el estilo de vida y los hábitos alimenticios son razones para desarrollar diabetes, hay otros factores que intervienen para su aparición: la edad, la herencia genética, las crisis emocionales y las reacciones emocionales intensas.

—Aceptar los cambios de energía ocasionales. Sentirse triste o con baja energía es diferente a estar deprimido. Es natural que la energía suba y baje dependiendo de las circunstancias. Es imposible que se mantenga siempre equilibrada. Aceptar esto hace más manejables los cambios de energía y estado de ánimo.

—Informarse acerca de la diabetes. Conocer los riesgos reales de desarrollar complicaciones a largo plazo puede traer calma y confianza a la persona con diabetes. Todo el tiempo surgen nuevos y mejores medicamentos para tratar esta enfermedad y tecnologías para el manejo y monitoreo de la glucosa. El futuro es prometedor para todos conforme avanza la ciencia.

—Evitar caer en la negación: “La diabetes no es algo tan serio, hay peores enfermedades”. Cierto, hay enfermedades más limitantes, pero no por eso debemos abandonarnos. “¿Para qué cuidarme, si de todas maneras voy a morir?”. Preguntémonos qué calidad de vida queremos tener el tiempo que vivamos. “Mis niveles de glucosa varían mucho sin importar qué hago y qué no”. Siempre hay algo que hacer para lograr el equilibrio, como el ejercicio y la alimentación, para tener mayor control en  niveles de glucosa.

—Evitar el estrés. El estrés provoca cambios en los niveles de azúcar en la sangre. Para una persona con diabetes es recomendable mantener el estrés bajo control. ¿Cómo? Haciendo ejercicio, durmiendo lo suficiente, alejando las preocupaciones, aprendiendo a aceptar lo que no podemos cambiar, administrando bien el tiempo, poniendo atención a las sensaciones corporales, como cansancio y descansando siempre que sea necesario.

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