Aprende a manejar los diferentes tipos de dolor

sanamente salud psicología

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Vida 21/05/2019 05:18 Víctor Jiménez Actualizada 09:34
 

El dolor, físico o emocional, es una experiencia personal. Cada quien lo percibe de una manera diferente y reacciona de forma particular a éste. Es necesario aprender a vivir con el dolor crónico de manera satisfactoria aunque sea una molestia persistente. Las estrategias psicológicas y conductuales a continuación te pueden servir para evitar que el dolor se convierta en un agobio incesante.

Pensar y decirte cosas motivadoras. Hablar contigo mismo en períodos de dolor puede ayudarte a manejarlo de una mejor manera. Una idea nada útil al lidiar con el dolor es: “Este dolor es insoportable y jamás mejorará”. Al repetirte constantemente esta idea, refuerzas el poder que le has otorgado al dolor de regir tu vida. 

Cuando decretas “nunca va a mejorar”, te entregas a la desesperanza y afectas tu estado de ánimo de manera significativa.

Una idea más útil cuando hay dolor es: “Es doloroso, pero tengo formas para afrontarlo”.

“Me molesta, pero lo sé, pronto terminará”. “Relájate. Piensa en la mejor manera de hacerte cargo de este dolor”. “Mis estrategias de afrontamiento probablemente no eliminen el dolor por completo, pero seguramente lo harán más tolerable”. 

Estas ideas te hacen sentir capaz y confiado; además te ayudan a enfocarte en una acción concreta para atravesar por la experiencia dolorosa.

Adoptar una actitud positiva. Afrontar el dolor de manera positiva consiste en orientarse hacia la solución y no concentrarse sólo en el problema. Consiste en admitir que duele, pero también en tratar de encontrar una forma de hacer el dolor más tolerable hasta que pase, como distraerse con algo, pensar en otras cosas, hacer un poco de relajación, pensar en algo placentero.

Una actitud catastrofista no ayuda cuando estás pasando por un periodo de dolor.

Lamentarte con frases como “Quiero que el dolor se vaya, ¡ya!” o “No puedo dejar de pensar en el dolor” lejos de ayudarte, perjudican. 

Cuando magnificas el dolor con frases como “Algo serio me debe estar pasando” o “El dolor va a ser cada vez más insoportable”, te concentras tanto en la molestia que tienes que terminas convenciéndote de no poder aguantar más y de no poder hacer algo para aumentar tu nivel de tolerancia. Y eso no te ayuda para mejorar.

Practicar la relajación. La relajación es un excelente medio para manejar el dolor mientras disminuye o mientras el medicamento hace su efecto. Ésta es fácil de aprender y sus beneficios son inmediatos. Hay diferentes formas de relajarse. La más común es a través de la respiración honda y lenta. En Youtube puedes encontrar tutoriales de relajación. Quizás la relajación no elimine el dolor, pero te puede ayudar a hacerlo más llevadero. Además, como la relajación te obliga a poner atención en el cuerpo o la respiración, es una excelente estrategia de distracción.

Encontrar una distracción. Las distracciones ayudan a tolerar dolores leves o moderados. Algunas distracciones del dolor pueden ser: resolver problemas (matemáticos o de acertijos), contar del 100 al 1 (de dos en dos, o de tres en tres para enfocar más tu mente), ver un video, escuchar música, imaginar situaciones placenteras.

Una actitud pesimista no ayuda a una persona con dolores crónicos. El pesimismo nos lleva con facilidad a la pasividad, a la desesperanza y  a la culpa. Por difícil que sea, aplicar acciones como las propuestas en este texto fomentan en nosotros la esperanza, el optimismo y la confianza en nuestras capacidades.

Google News - Elgrafico

Comentarios