¡Aprende a apoyarte a ti mismo!

¡Aprende a apoyarte a ti mismo!

(Foto: Unsplash)

08/05/2020 08:06 Víctor Jiménez Actualizada 18:44
 

Estamos pasando por una situación difícil, estresante y dolorosa. Lo que antes veíamos lejano, que ocurría en otros países, se hace más presente en nuestras vidas. El círculo de personas contagiadas es cada vez más cercano. Nos enteramos del fallecimiento de amigos y familiares de quienes conocemos. Y esto nos produce angustia, miedo, dolor, emociones profundamente humanas.

Permítete sentir tus emociones. ¿Y tú, cómo te sientes con respecto a lo que estamos viviendo en esta ciudad, en este país, en el mundo? Quizás te preocupa e inquieta lo que está ocurriendo afuera. Quizás altera tu patrón de sueño habitual: te cuesta dormir, despiertas a media noche, tienes pesadillas o sueños angustiantes o despiertas inusualmente temprano. Amigos y conocidos me han comentado que de manera repentina y sin  explicación les vienen ganas de llorar.

Otros se sienten ansiosos, comen para calmar la ansiedad o se sienten impotentes porque no saben qué hacer, cómo ayudar.

Identifica y nombra tus emociones. ¿Te sientes ansiosa, desanimado, confundida, triste o enojada? Si es así, ¿cómo se siente en tu cuerpo? ¿Se siente como algo caliente, duro, suave, frío, algo que quema o que arde? En muchos casos sentimos algunas de estas emociones como tensión en el cuerpo. Si este es tu caso, ¿dónde percibes esa tensión, esa emoción, esa sensación poco placentera?

Es importante validar nuestras emociones, reconocerlas y ubicarlas en el cuerpo. Está bien decir algo como “Esto que siento es miedo”, “Sí, me duele no poder ayudar en estos momentos” o “Me enoja que tanta gente esté sufriendo”. Es importante ponerle un nombre a lo que sentimos, al hacerlo le quitamos el poder que podría tener sobre nosotros. Al nombrar la emoción la hacemos más manejable.

No estás sol@ en esto. Permítete tocar tus sentimientos. Está bien sentir miedo, enojo, frustración, tristeza o impotencia. Es una reacción profundamente humana ante la situación actual. Porque además no eres el único a quien le sucede esto. Allí afuera hay muchas personas angustiadas, temerosas e inseguras como tú. No estás solo en este sentimiento. 

Y, por supuesto, no hay nada malo en sentirte de esta manera.

Experimentar temor o dolor no te hacen un debilucho, sólo te hacen un ser humano que siente. Este es un buen momento para conectarte con el resto de la humanidad, para reconocer que todos estamos en el mismo barco, que todos sentimos de manera muy parecida. Hacerlo así nos hace sentir parte de la humanidad. No estamos solos.

Sé amable contigo mism@. Y la distancia física y social provocan sentimientos de aislamiento. A muchos les hace falta el contacto físico, pues nos nutrimos de las caricias y el tacto. En estas circunstancias podemos aprender a darnos nosotros mismos un acompañamiento cálido y afectuoso. Lo podemos hacer a través de nuestras manos. Una caricia o un masaje suave de nuestros brazos puede ser muy tranquilizador. Poner la mano sobre el pecho a la altura del corazón podría ayudar a calmar parte de nuestra ansiedad, temor o dolor emocional.

El contacto físico es muy poderoso, incluso si nosotros mismos nos lo proporcionamos, a través de las caricias. Podemos también darnos una presencia cálida y amorosa a través de un autoabrazo. Y no es algo ridículo ni desesperado, se trata simplemente de cubrir una necesidad auténtica. Es más, podríamos también decirnos palabras reconfortantes, y muy necesarias en estas circunstancias, como “Estás seguro y a salvo”. Piensa en palabras de consuelo en los momentos difíciles y háblate a ti mismo, diciéndote esas palabras. Recuerda que puedes ser una fuente de apoyo para ti mism@.

Google News - Elgrafico

Comentarios