Relevo en el Tribunal Superior CDMX

LEO AGUSTO

OPINIÓN 07/11/2018 09:04 LEO AGUSTO Actualizada 11:04

El cónclave tendrá lugar este viernes, donde 80 magistrados en pleno votarán por quien encabece la presidencia del órgano de justicia por el trienio 2019-2021.

Aunque la decisión se toma con toda autonomía, el Tribunal se enfrenta a su habitual dilema: independencia o cercanía con el gobierno en turno.

Los nombres que suenan aquí y allá son los de las magistradas Celia Marín Sasaki y Rosalba Guerrero Rodríguez, así como los magistrados Rafael Guerra Álvarez, Manuel Díaz Infante —quien podría quedar fuera de la contienda al estar impedido legalmente por la edad— y el actual presidente Álvaro Augusto Pérez Juárez, cercano al ex magistrado Édgar Elías Azar y distante de la bancada de Morena en el Senado, que busca incidir en el proceso y evitar la reelección.

Los usos y costumbres de los gobiernos electos por la vía del voto directo desde 1997 nos dicen que el titular de la jefatura de gobierno lleva mano en la propuesta del nombramiento del Presidente del Tribunal Superior capitalino, donde encaja un perfil como el del magistrado Guerra Álvarez. Tal sería el caso de la jefa de gobierno electa Claudia Sheinbaum, pero nos cuentan que Marcelo Ebrard también tiene interés en la contienda.

Se verá si el ex jefe de gobierno opta por romper las reglas no escritas de la política para incidir en las reglas escritas en el Tribunal y cómo afecta en la correlación de fuerzas al interior de Morena, específicamente entre el gobierno de la Ciudad de México y la SRE que encabece Ebrard. 

Sea cual sea el próximo presidente o presidenta del Tribunal Superior, el primer asunto público de consideración que enfrentará el Poder Judicial capitalino será someterse, o no, a la nueva Ley de Remuneraciones, donde ningún servidor público podrá ganar más de los 108 mil pesos que será el salario del austero del presidente. 

Periscopio. Circulan algunas “propuestas” del logotipo que utilizará la administración de la doctora Claudia Sheinbaum en el gobierno de la Ciudad de México. Atrás queda todo el trabajo que hizo el área de promoción turística del gobierno local con el posicionamiento de la marca “CDMX”, que funcionó en su planteamiento para brindarle una cara a los millones de personas que visitan anualmente a la Muy Noble y Leal, pero en términos de gobierno, es desconcertante que cada gobernante se invente el rostro institucional y que esto ocurra cada seis años o cada tres en el caso de los municipios.

Está muy bien reinventar el concepto turístico de la ciudad cada que haga falta, pero en lo doméstico es como si prevaleciera la cultura del tlatoani que inventa el mundo cada sexto año en tiempos de la renovación del servicio público, como parte de la cuarta transformación. 

Radar de lo absurdo. La bancada del PAN en la Cámara de Diputados se ‘soltó el pelo’ en el pleno porque exigen que el gobierno morenista no invite al presidente venezolano Nicolás Maduro. El mismo Maduro que se reunió con el entonces presidente panista Felipe Calderón. 

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