¿Quién puede inventar algo distinto?

Lupita Martínez

OPINIÓN 29/04/2020 09:39 Lupita Martínez Actualizada 22:22

Un grupo de usuarios sintonizaba un programa (generalmente de televisión abierta) al mismo tiempo y se comentaba, se criticaba y se quedaba en suspenso planteando un siguiente encuentro para la próxima emisión.

Las producciones más exitosas y los rotundos fracasos eran los que más se comentaban y lo grave era no provocar al público y pasar desapercibido, esos eran los verdaderos fracasos. 

Con los cambios en la forma de producir de Televisa y la nula producción de historias en AztecaUNO (para ellos las telenovelas murieron) esta dinámica se apagó. Los realities consiguen reunir al público pero no se sigue una historia, no hay un hilo conductor que guíe al público y lo haga regresar al día siguiente a la misma hora. 

Lo anterior, público conocedor que claro que lo sabe, no es algo que se pueda forzar, ni que se arme con publicidad. El verdadero éxito de un programa, telenovela o serie es cuando se da de manera espontánea y orgánica. 

Esto en contenido de ficción no sucede hace mucho y sí en la vida real. Lo que se comenta son las ‘mañaneras’ del presidente López Obrador y, como dije antes, o se le aprueba o se le condena, pero no pasa indiferente. Esto, para los que nos gusta el entretenimiento, leer y seguir historias, no es lo mejor. Las redes, en especial Twitter, son ahora un campo de batalla en donde fluye el odio de manera incontrolable.

Unificar de nuevo las redes alrededor de un programa, serie o telenovela es un reto que aunque parece difícil, no es imposible. La televisión sigue teniendo el privilegio (en este caso) de transmitir su programación en un horario establecido y no obedeciendo a la libre demanda del público —aunque se repita en otros horario y en otras plataformas— y el público que sabe lo que es bueno, regresará día a día puntualmente. A lo mejor si prueban salirse de lo común, de lo fácil y lo trivial y se atreven a crear personajes interesantes en situaciones distintas, el público recree el fenómeno. En lo personal, por ejemplo, comenté desde el capítulo uno hasta el último ‘Cuna de lobos’, de Giselle González, por la sencilla razón y al margen de que les haya gustado o no (yo sí la disfruté): era DIFERENTE, DISTINTO. Se atrevió aunque algunos hubieran preferido un ‘remake’ de la primera versión. 

PREGUNTA DE LA SEMANA

- ¿Estamos haciendo lo necesario para que cuando esto termine efectivamente vivamos en un mundo mejor?

 

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