sueños y regalos

Migrantes viajan cinco días para llegar a Querétaro

En un primer día de trayecto, avanzan hacia México ilusionados, tras recorrer mil 860 kilómetros

(Foto: Demián Chávez | El Gráfico)

Querétaro 12/12/2017 16:07 Actualizada 16:02
 

Three Rivers, Michigan (Enviada)

Es domingo 10. La temperatura ronda los menos tres grados centígrados y la familia Monrroy está casi lista para salir de White Pigeon, lugar donde viven.

El itinerario es el siguiente: tomar un desayuno casero, preparar las camionetas y tomar rumbo en dirección a Texas. 

Pese a ubicarse a 3 mil 200 kilómetros de distancia de Jalpan, el desayuno en la casa de los Monrroy evoca a México: huevos con salsa verde, tortillas, frijoles, carne a la mexicana y tostadas charras.

Estos menús que pueden preparar es gracias a las tres tiendas mexicanas que hay en una localidad aledaña. 

Después del desayuno, los cinco hijos y Braulio, el padre, salen para arreglar las camionetas y a preparar el equipaje. Las mujeres, Heriberta y Norma, se quedan en casa.

Afuera la temperatura está por debajo de los cero grados y el frío se cuela en la piel; sin embargo, los hombres preparan las dos camionetas en el garaje vistiendo apenas ligeras chamarras. Una Chevrolet con un remolque y una GMC son los dos vehículos, que además de maletas y muchos regalos, llevan dos cuatrimotos con destino a Jalpan. 

Todos los hijos de Braulio, a excepción de Uriel, el más chico, ayudan a su padre en BMonrroy LLC desde los 12 años, con la intención de pulirse en el negocio y aprender el oficio familiar. 

De igual manera, los cuatro hijos mayores ayudan a colocar el remolque y montar bien las cuatrimotos que deberán permanecer sujetas durante el largo trayecto. El trabajo pesado no les afecta. Están acostumbrados. 

A la hora de partir, alrededor de las once de la mañana, familiares y amigos visitan a los Monrroy en White Pigeon, para despedirlos. Uno de los invitados es Miguel, su primo de 17 años de edad, que los acompañará en la caravana, pues regresa a México. 

El camino inicia y a partir de estos momentos, las únicas paradas serán para cargar gasolina y estirar un poco las piernas. No es algo nuevo, este trayecto lo han realizado desde hace ocho años.

El soundtrack del camino. — ¿Te gusta Estados Unidos? 

—Sí, está bonito. Me gustan los paisajes y todo, pero está mejor México. 

—¿Entonces, te quedarías aquí a vivir? 

—No sé si me regresaría para allá (México). Aunque sí me siento más libre en México. Es que Estados Unidos es como dicen: aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión.

Quien habla es Emanuel Monrroy, el segundo hijo de Braulio, el migrante queretano con el que recorremos el este de Estados Unidos para llegar a la ciudad de Laredo, Texas, y participar en la Caravana del Migrante. 

Emanuel tiene 21 años y hace poco dejó la escuela para dedicarse de lleno a BMonrroy LLC, la empresa que creó su padre dedicada a la contratación de mano de obra agrícola para Montsanto.

Quiere construir una casa en su localidad de origen El Pocito, en Jalpan de Serra, y algún día le gustaría tener un negocio en ese lugar. 

La primera vez que llegó a Estados Unidos tenía seis meses.

Hoy, Emanuel se encarga de manejar una de las camionetas con dirección a Laredo, un viaje de aproximadamente 21 horas y alrededor de 745 kilómetros. El playlist del camino son los Tigres del Norte, Cártel de Santa y Molotov. 

A su lado se encuentra Miguel, su primo nacido en Estados Unidos, pero de raíces mexicanas, quien labora en una empresa que fabrica pisos.

Son las tres de mañana y tras recorrer mil 860 kilómetros termina el primer día de viaje.

(Foto: Demián Chávez | El Gráfico)

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