¿Qué pasa en Azteca?

Gil Barrera

OPINIÓN 01/04/2019 09:22 Gil Barrera Actualizada 10:22

En octubre de 2017 se anunció que Alberto Ciurana fue contratado como responsable de los contenidos en TV Azteca, la noticia fue un acontecimiento para la industria del entretenimiento, pues el alumno de Raúl Velasco venía de construir una carrera de casi dos décadas en Televisa que culminó, cuando fue el vínculo de los de San Ángel con Univision, al ser nombrado presidente de esa empresa. 

A la par de su corto mandato en Univision, Alberto encontró en las redes sociales una oportunidad para ser conocido entre los usuarios de Twitter y colocarse como uno de los influencers del entretenimiento que más frases motivacionales postea, paradójicamente, no habla de la industria de la comunicación, pero cuando lo hace es para promocionar los productos de la empresa donde trabaja o para denostar a sus “enemigos", entre los que se encuentran desde los “boots" pagados por sus “competidores" (sic) hasta el presidente Donald Trump quien presuntamente lo demandó cuando Ciurana era la cabeza de Univisión por cancelar un contrato por los comentarios “racistas” del presidente contra México, metiendo en una bronca millonaria a la cadena de televisión de habla hispana. 

Lo que es un hecho, es que los mensajes agresivos que manda Ciurana también son un distractor perfecto, pues en términos reales desde su llegada a Azteca, los números han ido a la baja en los proyectos que él ha lanzado pues lo hecho por sus antecesores (La Isla, Exatlón, Azteca Deportes, Ventaneando) tienen grandes récords de audiencia en Azteca. Los números de programas emblemáticos como Ventaneando, Venga la Alegría, Enamorándonos o Hechos están comenzando a caer estrepitosamente y La Voz Azteca se estancó y no alcanza los dos millones de televidentes promedio. Sí, hay que reconocer que está abriendo camino, tiene una barra de programas en vivo que están mostrando un avance, pero en términos de contenido y rating las aportaciones de Ciurana y su equipo de trabajo están empantanadas. 

Alberto está haciendo televisión desde las redes sociales, olvida que la audiencia principal está frente al televisor y no en un pantano de chismes tuiteros. El fondo del tema es claro, no hay resultados y Ciurana promueve una cultura de odio (cobijada por el oropel de sus frases) con un clima en las redes que no reflejan ni un ápice de la señal con valor de Azteca o ¿será que ya busca culpables para una guerra que está perdiendo? Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.

Comentarios