Ya de por sí, pensar que ganarle al América salva el torneo resulta una mentalidad alejada a lo que debe de manejar uno de los supuestos clubes “grandes” del futbol mexicano.

 

Pero en este Apertura 2019, ni eso pudieron hacer los Pumas y eso desprendió grandes cuestionamientos a lo que puede obtener este equipo bajo el mando de Míchel.

Para la Jornada 10 jugarán ante un Cruz Azul que sacudido por los problemas directivos y el cambio de entrenador, hoy tiene que jugar la final de la Leagues Cup ante los Tigres, en la que no es favorito.

 

Para los jugadores y cuerpo técnico de los Pumas, la del domingo en el Olímpico Universitario puede ser la última gran oportunidad de mostrar lo que pueden llegar a hacer en este torneo. Están obligados a ganarle a La Máquina para tratar de regresar a las posiciones de Liguilla, pero también para dejar de ser un “grande de ocasión”.

 

Seamos sinceros, los universitarios no son portada o material de grandes espacios en los programas televisivos hasta que no se enfrentan a otro de los equipos históricos, y eso es algo que debe doler a los seguidores de esta institución.

 

Pero eso es, además, producto de la decepción acumulada que existe con una institución que pierde protagonismo y fuerza por la falta de resultados positivos y por la ausencia de la garra que los caracterizaba en otros tiempos.