ESTADO DE MÉXICO.— Para gritar el ¡Viva México! se tiene que usar un sombrero y si es de San Cristóbal Huichochitlán mejor, dicen los residentes de esa comunidad dedicada a fabricar productos de palma.
Para las festividades de septiembre, las familias de ese poblado toluqueño preparan con semanas de anticipación la producción que comercializarán, pero la pandemia ya les provocó pérdidas desde el año pasado.
En el taller de Miguel Serafín de la Cruz hacen cualquier tipo de sombrero, las manos expertas de su familia no tienen límites, hacen cualquier tamaño y forma que se les ocurra a los clientes.
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Pero esos clientes dejaron de visitar su taller y el de otras familias que se dedican a esa actividad por la crisis sanitaria. La mercancía era comprada para llevarse a la CDMX, principalmente.
“Por la pandemia hace un año no hubo tanta venta y hoy en día es lo mismo porque el material que se cosió, que se distribuyó por todas partes, se estancó”, dijo Miguel Serafín.
Las máquinas de coser que están en su taller para confeccionar los sombreros no hacen tanto ruido como hace algunos años.
“Este sombrero va para la Ciudad de México, por lo regular viene mucha gente de fuera y pues todos los que compraron el año anterior se les quedó todo el material, entonces ahorita nomás están invirtiendo pero muy poco, nada más lo que les hace falta, ya nada más están surtiendo muy poco porque no hay venta, se está comprando muy poco sombrero, bajaron las ventas en comparación con otros años”, lamentó.
Para la fiestas patrias en el taller de Miguel Serafín normalmente elaboraban aproximadamente 5 mil sombreros, pero este año la situación cambió de manera radical para ellos.
Enfrentan crisis económica por falta de clientela
“Hoy en día se pidió muy poco, se pidieron aproximadamente dos mil sombreros nada más, menos de la mitad, cuando hay buenas ventas es pasadito de 5 mil sombreros y ahorita ya no se hizo esa cantidad, mermó mucho las ventas”, contó.
Los fabricantes de sombreros de Huichochitlán enfrentan una situación de crisis que se ha extendido durante año y medio, porque también elaboran otros productos de palma que tampoco han comercializado por la situación que generó la pandemia.
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