El olor a copal, los pétalos de cempasúchil iluminados por veladoras, el sabor del pan de muerto y los colores del papel picado son imágenes que emocionan a cualquiera. La temporada de festejar a nuestros difuntos es muy especial, pero no escapa a los cambios de la nueva normalidad.

Ahora más que nunca, el ritual debe suceder en la intimidad del hogar. Es indispensable que cuando salgas a comprar lo que necesitas para el altar, lleves tu cubrebocas, una botellita de gel y acudas sin compañía, pues mientras menos personas haya en los mercados, menos posibles contagios.

Sé que también era una temporada de fiestas de disfraces, pero ya viste lo que pasó en una boda en Baja California, donde 100 de los 300 invitados se han contagiado de Covid-19… imagínate a cuántos más contagiará ese centenar. No es tiempo de reunirnos, aunque creas que si son poquitos no hay problema: ¡no! Mejor, si tienes ganas, disfrázate en casa, ya habrá tiempo para celebrar en grupo.

Finalmente, si los más pequeños ya están emocionados con salir a pedir calaverita, ve preparando el ambiente para cambiarles la dinámica. Este año pueden hacer maratón de películas temáticas o hasta un concurso virtual de disfraces.

Unamos esfuerzos para prevenir: estamos en semáforo naranja con alerta y llevamos varios días con aumento de contagios. Un rebrote sí da miedo, mejor ponte “al tiro” para que juntos salgamos de ésta. 

Y si tienes ansiedad, recuerda que la Línea de Seguridad y el Chat de Confianza del Consejo Ciudadano, 55 5533 5533, están abiertos 24/7 para apoyarte.