En el futbol como en la vida, no se trata de regarla y después ofrecer una disculpa, se trata de aprender de los propios errores y no volverlos a cometer.
Pierden toda credibilidad al no aplicar sus propias reglas. Para qué redactan, aprueban y diseñan reglamentos, si se los pasan por el “arco del triunfo”.