Para la FIFA, “no es arquero, es puta de cabaret”

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 25/09/2019 00:00 Gerardo Velázquez de León Actualizada 22:37

Resulta incomprensible, dramáticamente irresponsable y hasta gracioso que la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) sea tan puritana, que quiera exaltar los valores en sus federaciones afiliadas y siga amenazando con multar o hasta quitar la posibilidad de jugar una eliminatoria a México si sigue el grito “¡Eeeh puto!”.

La doble moral en pleno, una vergüenza. Es un organismo que permite que una sede para la Copa del Mundo sea comprada, como sucedió con Rusia 2018 y Qatar 2022, pero se ofenden porque la gente grita en la tribuna. Además, sin entender maldita la cosa, porque después de tantas y tantas multas, sólo evidencian sus carencias morales desde Zurich.

Un ejemplo de honestidad, de respetar los valores del deporte y la decencia, hubiera sido quitarle el Mundial 2022 a los árabes, pero ahí sí no se meten. Hasta parece cómodo Gianni Infantino presumiendo los avances de las obras de tantos estadios que no servirán para nada después del Mundial. Inhóspita sede, cuestionada y está comprobado que pagaron 780 millones de euros por quedársela. Escándalo de corrupción que llevó a varios funcionarios a la cárcel y que el actual presidente de la FIFA no detuvo.

En Argentina, Chile y Uruguay es lo mismo. Multas y más multas, aun cuando el diario británico The Times documentó que se habría realizado este soborno, bajo la cesión de derechos de transmisión por parte de la cadena de televisión, Al Jazeera, entregando 350 millones de inicio, curiosamente 20 días antes de que se diera a conocer la sede de la Copa del Mundo 2022. Es decir, cuando llegaron al congreso de la FIFA en 2010, los favoritos eran: para organizar el Mundial 2018, Inglaterra, y para el de 2022, Estados Unidos.

La FIFA se metió con el FBI y los resultados fueron evidentes, los ventanearon terrible, exhibiéndolos como los directivos deportivos más corruptos de la historia. Pocos días después, se supo —por medio de The Times— que los 427 millones de euros restantes del trato fueron pagados a la FIFA en 2013, justo el año en que estallara el escándalo por la elección de Qatar. La Cosa Nostra de nuestros tiempos, pero aún así están más preocupados por que la gente no grite “¡Eeeh puto!” o que canten “¡Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, este no es un arquero, es una puta de cabaret!”.

Ahora bien, el grito es grotesco y debe desaparecer, y así como a la FIFA le parece homofóbico, también a la comunidad lésbico gay, que ya se ha manifestado en estas páginas. Eso es totalmente respetable, entendible y es mucho más trascendente que se sientan ofendidos en dicha comunidad que en las oficinas de los multimillonarios funcionarios de la FIFA. Algunos porteros o exporteros, entre ellos Oswaldo Sánchez, tampoco lo consideran homofóbico, se acostumbraron a vivir con eso, como se han acostumbrado a los árbitros con el “¡chinga tu madre!” que tan constante suena en la tribuna, pero como ese no lo escucha la FIFA, que siga.

En conclusión, sí debe ser erradicado, pero la FIFA también debe ser honesta. Con eso se dice todo. 

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