Opinión

¿Sientes que todo lo que haces está mal? Es hora de que leas esto

Víctor Jiménez

OPINIÓN 10/12/2021 19:18 Víctor Jiménez Actualizada 19:18

A través de lo que piensas creas tus emociones y, si se los permites, tus pensamientos te pueden crear cualquier emoción. Piensa de manera fatalista y, seguramente, te sentirás ansioso, angustiado o temeroso. 

Si tienes pensamientos optimistas, te sentirás esperanzado, alegre o tranquilo. Los pensamientos de arrepentimiento y reproche te hacen sentir triste o deprimido. 

La forma en que interpretas lo que sucede a tu alrededor origina tus sentimientos. Imaginemos que hiciste planes para ver a tu amiga en plan romántico y unas horas antes te canceló por medio de un corto mensaje de texto. 

Podrías interpretar este hecho como que no quiere verte. ¿Cómo te sentirías? Probablemente triste o enojado y quizás decidas no volver a hacer planes con ella. 

También podrías pensar que tuvo algún problema en su trabajo o con un familiar. ¿Cómo te sentirías? Decepcionado, pero te mostrarías comprensivo. 

He aquí otro ejemplo de cómo funciona esto. Si constantemente piensas que eres un fracaso, y alimentas esta idea por medio de la atención que le das, comenzarás a sentirte abatido, despreciable, desmoralizado, incluso deprimido. 

¿Cómo reacciona tu cuerpo? Te encorvas, caminas con los brazos caídos y proyectas inseguridad. 

Pero si piensas que tienes las herramientas para salir adelante en cualquier situación, te sentirás más seguro, lo que se reflejará en un estado emocional más positivo. ¿Cómo reacciona tu cuerpo en este caso? Estás erguido, optimista y animado. 

Estos son ejemplos de cómo lo que piensas determina cómo te sientes y actúas. 

Elige qué ideas alimentar. Quizás no puedes elegir qué pensar, porque la mente de manera constante produce pensamientos que no eliges. Sin embargo, sí puedes decidir cuáles de esas ideas alimentar. 

Los pensamientos se nutren y se mantienen de tu atención. Aquellos a los que decides poner atención tienden a permanecer, mientras que los que reciben poca o nula atención tienden a desaparecer, o por lo menos a dejar de ser molestos o inquietantes. 

¿Qué hacer con los pensamientos catastróficos?

Los pensamientos fatalistas, por ejemplo, no tienen poder ellos mismos, más bien se alimentan de la atención que les brindas. Así es como comienzan a tomar fuerza y a quedarse fijos en tu mente al punto en que te convences de que son la verdad. 

Cada vez que surge la idea de que tu pareja te es infiel o te va a ser infiel, tienes la opción de dedicarle atención y así reforzarla, o de simplemente dejarla pasar sin alimentarla. 

Si tu mente produce la idea de que tienes una enfermedad grave —aún cuando no tienes síntomas—, puedes entretenerte con ese pensamiento, alimentarlo con tu atención y terminar sintiéndote angustiado. 

Pero también puedes elegir quitarle tu atención y dirigirla hacia el cuerpo: tus manos, tus pies, tu respiración. O puedes llevar tu atención al entorno: escuchar los sonidos que alcanzas a escuchar, proponerte ver cinco cosas que no habías notado, sentir el viento en la cara, notar la sensación húmeda de tu lengua. 

Al elegir a qué pensamientos les das tu atención, también eliges cómo sentirte y cómo actúas. Esto te da poder para darle forma a tu vida como tú la quieres y disfrutarla.

Dirige tu atención hacia donde más te conviene y utiliza la mente a tu favor, no en tu contra.

EL DATO

"Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”, de Buda.

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