Opinión

A lo largo de nueve décadas, Radio Fórmula ha sido la casa de muchos profesionales de la radio. Es -digamos- una de las grandes universidades de la comunicación en América Latina, ejemplo de apertura y transparencia y en sus paredes se guardan recuerdos que bien pueden quedar en varios capítulos de una serie. 

Esta casa radiofónica me ha permitido tener de manera gratuita una escuela, como radioescucha con los grandes comentaristas y como profesional, en 1982 formé parte de sus filas (junto a Cristian Castro y Claudia Silva) en una apuesta a la radio infantil de la XEDF,  gracias a la visión de Marcos Olivares (director artístico) y Rogerio Azcárraga, su líder y también concesionario.

Era 1982, México era el rey musical por excelencia, de acá salían los éxitos y todas las estrellas tenían que pasar lista. Por los pasillos de la añorada Radio Fórmula de Río de la Loza 300, todas las estrellas querían estar en un programa, un saludo, lo que fuera con tal de tener presencia. 

En paralelo, Fórmula fue apuntaló exitosos programas como “Batas, pijamas y pantuflas” conducido por Sergio Rod y Bolivar Domínguez o fue la puerta de entrada de Pedro Ferriz de Con y Jorge Garralda, este último comenzó dignamente como locutor de cabina en Radio Cañón. 

Fórmula no es un frío grupo de comunicaciones, tiene magia, su empatía permite que sus audiencias transiten por todos los sentimientos, el de la felicidad, la denuncia o del dolor como el que vivió en conjunto con esa empresa en el derrumbe de sus instalaciones en el terremoto en la colonia Doctores aquel 19 de septiembre del 85.  Fui testigo que la pasión de la familia Fórmula fue lo que impidió que se dejara de transmitir la información, aún en condiciones complejas, sin instalaciones, sin recursos, sin archivos. 

Después de esa caída comenzó el crecimiento exponencial de Fórmula, siguió en la cosecha de grandes talentos, encumbró a los más reconocidos comentaristas y nunca dejó de crecer. Pensó en las mujeres, y les llevó a Janet Arceo, empoderó a la reina Maxine Woodise. Contrató a Martínez Serrano y siguió creciendo. Tiene a López Dóriga, a Ciro, Oscar Mario y hasta a Chumel. Su secreto sigue al pide la letra la regla básica de los medios, no dejar de pensar en su audiencia, nunca dejar de sorprenderse y tener ante todo, dignidad. 

Por eso, ahora que llegan a sus 90 años, hay que celebrar a Radio Fórmula, felicidades don Rogerio, felicidades Jaime y a toda la familia Azcárraga. Gracias por tantos años y por los que faltan. 

Un pilón, hoy llegamos a las 250 columnas en nuestro querido Gráfico, gracias por leernos, creernos y a quienes lo han hecho posible. Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.