Opinión

Malmiran a Horacio Palencia

Gil Barrera

OPINIÓN 29/08/2021 21:24 Gil Barrera Actualizada 21:24

VAYA FAMA que le han creado a Horacio Palencia en la Sociedad de Autores y Compositores, pues él y otros creadores ‘independientes’ son mal vistos por los ‘herederos’, una tribu de la Asociación que, por suerte de la vida, sólo estiran la mano para vivir de los éxitos de sus padres, sin mayor aportación creativa o administrativa.
El desdén de esta tropa (que afortunadamente no son todos los hijos de las estrellas de la composición) es despiadado, siempre lo andan mal mirando y sólo porque en las asambleas sugiere que esta tribu respete el trabajo de los creadores nuevos.

Horacio —pese a quien le pese— es de esta nueva generación de autores que se perpetúa por su talento. Ha construido su carrera limpiamente, con el cobijo de la cultura del esfuerzo y, por añadidura, genera miles de dólares con las regalías de sus canciones.

La SACM es un ejemplo mundial, su capacidad de administrar la creación musical es única y la unión entre sus agremiados es un gran ejemplo; por ello, sería muy sano que la institución hiciera un campaña para mitigar estos actos de discriminación hacia el autor.
MÁS ALLÁ DE SU TALENTO, Gabriel Soto ya hizo historia en los medios y no por sus múltiples éxitos, si no por servir de ejemplo jurídico, con una demanda contra un medio de comunicación.
Desde hace algunas semanas, la tesis aplicada por su abogado Gustavo Herrera ya es un referente en la Suprema Corte; se toma como modelo efectivo y, con ello, se establece un camino para ganar ciertas demandas relacionadas con la imagen pública.
Gustavo Herrera es denominado el padre del daño moral y los famosos encontraron en él, a un experto que sabe los recovecos para garantizar a los afectados su legítima defensa; el modelo está trascendiendo fronteras y será presentado en España como ejemplo.

El camino establecido por Herrera y Gabriel Soto fue seguido al pie de la letra por los abogados de Ingrid Coronado para hacer valer su derecho frente a una publicación de espectáculos.
Una vez mostrada esta brecha, ahora son los reporteros los que deben encontrar el camino correcto para que el planteamiento de su información y el entretenimiento sea preciso y que los famosos asuman las críticas como profesionales, pues hay muchos que por el servilismo de sus amigos o publirrelacionistas no quieren ser tocados por la libre expresión; es un hecho que todo lo toman como un acto de venganza que sólo evidencia su limitado nivel profesional. 
Por hoy es todo, nos leemos la próxima aquí donde quizá hablemos de ti. 

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