Opinión

'La Rosa de Guadalupe' se convierte en el reflejo de los mexicanos

Gil Barrera

OPINIÓN 09/08/2021 11:53 Gil Barrera Actualizada 11:54

La Rosa de Guadalupe es uno de los fenómenos de la pantalla más relevantes de las últimas décadas. Es más que un programa de televisión con gran audiencia, más que una importante fuente de empleo dentro de la industria del entretenimiento, es un espejo monumental que refleja a todos y cada uno de nosotros, con nuestras costumbres, virtudes, defectos, así como valores.

Son cerca de mil 600 programas los que consolidan su éxito en 16 países de América, siete de África y uno más en Asia.

Uno de sus capítulos más exitosos en Youtube se titula “Cecilia seduce a Pancho” y está a nada de llegar a 700 millones de vistas. Curiosamente,  el episodio es protagonizado por Curvy Zelma, hasta hace poco conductora del canal A+ de Azteca.

Además de su éxito en las pantallas, La Rosa tiene un arraigo insólito entre los millennials (representan el 30 por ciento de su audiencia) que se convierten en  amplificadores ‘orgánicos’ a través de los memes, logrando una penetración que ninguna otra televisora en el mundo ha podido tener.

La exitosa fórmula (creada por Carlos Mercado) y la visión de Miguel Ángel Herros (productor) logran que cada capítulo sea diferente y genere empleo a actores que nunca tendrían la oportunidad de encabezar una telenovela.

Mención aparte merece la gran cantidad de directores y técnicos que ha pasado por el programa, así como su equipo de investigación y asesoría literaria encabezado por Bertha Ruiz, una de las mujeres del entretenimiento que más sabe de audiencias en nuestro país.

Por estar cerca de sus mil 600 programas y con tantas horas de producción en locación, vale la pena honrar a ‘La Rosa de Guadalupe’ que, desde el 2008, sí, en sólo 13 años, transformó la forma de ver la pantalla como nunca nadie lo había logrado.

Fui a ver la obra ‘Agotados’, de Joserra Zúñiga, con Chumel Torres (alterna con Álex Fernández y Alan Estrada) y salí francamente decepcionado.

De nada sirve tener un teatro impecable y un gran texto, si Chumel no se prepara y se aferra sólo a ser Chumel.

Es evidente que sus problemas de dicción y la falta de sensibilidad para entender la historia de ‘Sam’ (su personaje) no le permiten desarrollar con grandeza al actor que atiende reservaciones en un restaurante.

Sí, le urge un maestro de actuación que lo guíe. Chumel está de moda, tiene el amor de la gente y todo el talento para romperla en grande; por ello, debe prepararse más y lograr que esos 800 pesos que cuesta el boleto sean una inversión y no dinero perdido.

Nos  leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.

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