Opinión

Vaya que le llovió a la cantante Ángela Aguilar este fin de semana en las redes sociales, pues a decir del ‘paredón digital’, la heredera de Pepe Aguilar ‘interpretó’ el Himno, en la pelea de Saúl ‘El Canelo’ Álvarez, a una velocidad distinta, ‘agringándolo’ y sin sentimiento patriota.  
Las diferentes consignas contra la joven intérprete desataron controversia en las redes y lejos de reconocer el gran esfuerzo que hubo detrás, minimizaron el hecho fijándose en nimiedades. 
 
A nadie le importó que la familia Aguilar regresara luego de un año de pandemia a reactivar la música mexicana, por lo que solo destacaron la velocidad en la que la cantante entonó la creación de González Bocanegra y nadie se fijó en la reactivación de los magnos eventos. 
De nada le sirvió a la chica, de 17 años, tragarse sus nervios y demostrar que es una de las grandes voces que tenemos y cuya carrera se ha construido con esfuerzo y dedicación sin igual. 
Hace algunos años, en este espacio comenté que Ángela tenía todo para ser la exponente más grande de la música mexicana y que con su padre como mánager el camino sería más difícil. Hoy, después de ver lo sólido de su crecimiento debo decirle a Pepe que me equivoqué y lo presentado el fin de semana en la pelea es la mejor muestra de que ha dado los pasos correctos para consolidar a una estrella de la música.  
 
Aunque no por eso se acepten las muestras de soberbia que a veces tiene Pepe con los medios o algunos de sus compañeros artistas, o que la agencia de prensa que ve por los intereses de Ángela no le ponga la atención que merece. 
 
Los Aguilar son la única carta fuerte que tenemos de música mexicana en todo el mundo, ¿su secreto? La bendita disciplina. 
 
Lo que hicieron el sábado de la mano del Canelo,  dio el banderazo para que se reactivara una industria que, tras la pandemia, dejó en la lona a miles de compatriotas del entretenimiento que se quedaron sin nada (incluyendo a su familia) o asombrados porque un bicho miserable paraba el mundo y, con ello, sus finanzas y fe.
 
Que digan misa, pero este fin de semana se prendió una maquinaria de ilusiones que a la larga tendrá más peso, que entonar a “buen tiempo” el Himno nacional. Sí, Ángela cometió un error producto de su inexperiencia, pero satanizar entre tantos atributos, es injusto.
 
También sería una buena oportunidad para que cuando las autoridades enfocadas a la cultura en nuestro país despierten, valoren la importancia de entonar correctamente el Himno, aunque sea fuera de México. Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.