Opinión

¿Cómo puedo controlar la ansiedad? Aquí la solución sin costo alguno

Víctor Jiménez

OPINIÓN 18/02/2022 19:31 Víctor Jiménez Actualizada 19:32

Cuando nos sentimos ansiosos, lo primero que viene a la mente es: “¿Cómo me deshago de esta sensación tan desagradable?” o “Quiero dejar de sentir esto ¡ya!” 

Es comprensible, pues la ansiedad se manifiesta en sensaciones desagradables, incómodas, como: agitación, tensión, ritmo cardiaco acelerado, sudoración, debilidad, cansancio, mareo, sensación de desagrado y preocupación por cosas sencillas, entre otras. 

Cuando luchas contra ella o quieres eliminarla, sólo refuerzas su presencia. Luchar contra la ansiedad genera tensión y desgaste; tensión que produce más ansiedad. Intentar erradicarla requiere de un gran esfuerzo y resulta cansado. 

Tratar de suprimir la ansiedad es prohibirle a tu cuerpo experimentar sensaciones y procesos corporales derivados de la producción de adrenalina y cortisol, las hormonas del estrés. 

Y tu cuerpo sólo está reaccionando a lo que tu mente percibe como una situación de peligro, aunque no haya un peligro real.

¿Qué hacer? La alternativa es aceptarla. Sí, sé que esto suena a locura, ¿quién quiere estar sintiendo cosas desagradables en el cuerpo? 

Sin embargo, ésta ha probado ser la mejor forma de manejar la ansiedad, evitar que crezca o se instale de manera crónica. 

Si bien hace falta valentía para permitirte sentir lo que pasa en tu cuerpo cuando estás ansioso, también tiene beneficios: le pierdes el miedo, evitas alimentarla, disminuye de forma natural.

¿Qué significa aceptarla? 

Darte permiso de experimentarla, aunque sea incómoda. Al oponerte, hay un desgaste de energía mental y física. 

Dejar de intentar suprimirla o controlarla rápidamente. Esto no es posible, recuperar tu equilibrio toma tiempo. No hay curas milagrosas.

Hacer las paces con ella, dejar de desear que se vaya o desaparezca. 

Rendirte a ella, es decir, permitirte sentirla. Aceptar no es resignarte, sino familiarizarte con lo que sucede en tu cuerpo. Cuando haces esto, las sensaciones desagradables comienzan a perder fuerza e intensidad. 

Notar las palpitaciones, la agitación, la sudoración, la náusea y aprender a permanecer con la incomodidad o la molestia.

Comprender que la ansiedad, igual que las emociones, pasa, no se queda para siempre, sobre todo si después de hacer el ejercicio de aceptación, haces algo para tranquilizarte, como respirar lenta y profundamente.

Bien decía Scott Stossel, periodista estadounidense, que "ocultar o reprimir la ansiedad produce, de hecho, más ansiedad”. 

EL DATO

Se estima que al menos 14.3 por ciento de los ciudadanos en México padece trastornos de ansiedad generalizada, enfermedad de salud mental más común en el país, le sigue la depresión y adicciones, ambas en un porcentaje de 9 por ciento.

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