Ya es momento de que se corrija el error de la disolución del cuerpo de Granaderos, en la Ciudad de México, que abrió la puerta al vandalismo en manifestaciones sociales.
Supuestos anarquistas, que actúan como grupos de choque, son un reto a la autoridad de izquierda local. La violencia callejera pagada coincide con la disputa por la presidencia del partido en el poder, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Esos grupos realizaron disturbios el día de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, como brazo de izquierda extrema, que pervive con Morena en el poder.