Defensores del agua

¿Qué pasó con la vida de los tres indígenas del Edoméx que estuvieron presos sin razón?

Pasaron más de 12 años presos, pese a ello aseguran no tener rencores

Vida indígenas Edoméx presos

(Foto: Alma Ríos, El Gráfico)

Al día 22/02/2019 14:34 Alma Ríos Actualizada 14:34
 

TOLUCA.– El pasado domingo Dominga González Martínez salió de la cárcel, pero ya no encontró vivos a sus padres. 

Ellos murieron mientras se encontraba presa, acusada de un delito que no cometió. Igual que Dominga González Martínez, Marco Antonio Pérez González y Lorenzo Sánchez Berriozábal, son tres indígenas nahuas, de San Pedro Tlanixco que, siendo inocentes, pasaron 12 años de su vida recluidos en el penal de Santiaguito.

Para Dominga no hay rencores, pero sí muchos recuerdos dolorosos que iniciaron con su detención y que para su infortunio no se quedaron entre las celdas. 

“Yo quisiera irle a gritar a mis padres al panteón que me perdonen, porque con mi detención me acabé a mis padres en vida. Como yo, Marcos y Lorenzo perdieron a sus padres cuando estábamos en la cárcel”, platica. 

Estos tres indígenas eran acusados injustamente del homicidio de un líder floricultor, Alejandro Issak Basso. Pero el trasfondo de la acusación dicen, era la lucha que emprendieron para defender el agua de Tlanixco de los floricultores de Villa Guerrero. 

DESCONOCIDOS. Para Marco Antonio, Tlanixco ya no es la misma comunidad que dejó, muchos fallecieron, otros se casaron. “Me encuentro con una nueva generación que no conozco”, platica. 

Cuando fue sentenciado a 50 años de prisión, pensó que jamás iba a salir. Para que él y sus compañeros recuperaran su libertad, fueron evidenciadas las deficiencias jurídicas de su proceso. 

La lucha que emprendió su comunidad, dice, también fueron claves indispensables. 

DESCONCIERTO. Cuando Lorenzo Sánchez fue detenido tenía 42 años, hoy tiene 54. En prisión se le fue una tercera parte de su vida. “Yo era comerciante, ahora no sé a qué dedicarme, no sé en que emplearme, porque prácticamente me quedé sin nada”, platicó. 

“A mi esposa la veo más deteriorada porque tuvo que hacer el papel de madre y padre. Mi hijo no tuvo la oportunidad que yo quería para él, que fuera un profesional. No lo hizo porque con lo que me pasó no alcanzaba ni para comer”, señala. 

Pero la dicha aún no está completa en el pueblo de Tlanixco. Pedro Sánchez, Teófilo Pérez y Rómulo Arias también aún esperan entre las celdas que llegue la justicia para ellos , luego de vivir 15 años privados de su libertad, siendo inocentes.

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