Ya tenía ganas de una nena

Sexo 30/11/2016 05:00 Actualizada 05:04
 

Helena Danae

Hola, mis chulos lectores, ya se termina noviembre y las travesuras navideñas están en puerta. El sábado me fui a una fiesta con una amiga, ya traía ganas de besar a una nena.

Empezamos a platicar y por debajo de la mesa nos acariciábamos las  piernas, y a pesar de que fue en un jardín no sentía el frío, mi vestido era beige, de esos que tienen correas en las bubis, y me las dejé un poco abiertas, para que ella lograra ver lo que le podía ofrecer. Por debajo del mantel (como dice la canción) estuvimos acariciándonos, ella traía un vestido azul corto, bebimos cerveza, ella cada vez me tocaba más hacia arriba, y mientras yo platicaba con la gente de la mesa, trataba de concentrarme en lo que respondía, porque ella estaba acariciando mi clítoris.

Creo que la señora con la que platicaba le sorprendió que yo estuviera chapeteada con el clima que había, me preguntó discretamente, ¿estás bien?  te ves un poco acalorada o tendrás calentura, entre risitas sólo le dije: creo que tengo que ir al baño, a refrescarme un poco. 

Me levanté y caminé sin decir nada al baño, con temor a que algo de flujo me escurriera entre las piernas. No me di cuenta que llevaba mi cerveza en la mano, llegando al baño me eché agua en la cara, le di un trago a mi cerveza y me sequé todo lo humedecido que tenía entre las piernas, cuando miré al espejo, ella estaba atrás de mí y yo así con las manos recargadas en la barra del lavamanos y viéndola por el espejo. 

Ella cerró la puerta, llegó por detrás y me empezó a besar el cuello. Me subió el vestido y con sus manos comenzó a apretarme el culo, me metía la mano abarcando desde la vagina hasta el ano. Yo no podía resistirme y en vano fue mi limpiada, ya estaba completamente humedecida de nuevo, me bajó los calzones, que para quien quiera imaginárselo eran morados de encaje, que ya eran una tela súper mojada, y comenzó a lamerme atrás, a besarme, a morderme las nalgas y meterme los dedos adelante.

Yo no soltaba el lavamanos, como si mis piernas fueran   a perder fuerzas y se quisieran doblar, me abrió las piernas y se pasó justo debajo, abrió la boca para beber un poco de mis jugos que escurrían, y comenzó a chuparme el clítoris. Era delicioso, aumentó la intensidad y yo no pude controlarme, la aventé hacia atrás para dejar escapar mi squirt. 

Con los zapatos empapados, la vi tirada por el empujón. Tomé mi cerveza y de mi bolsa saqué un condón, me eché lo que quedaba de ella y se lo pasé en la boca, se nos escurría por los lados, y con su lengua me limpió, le puse el condón a la botella, le abrí las piernas, sólo hice a un lado su tanga y la consentí, ella recargada en sus codos, sólo movía su cabeza hacia atrás, disfrutando de la penetración. 

Comencé a mover rápidamente su clítoris y noté cómo se humedeció extremadamente, soltó un grito y le tapé la boca.

Me miró, sonrió y me besó, para cuando nos vimos al espejo nuestros rostros eran un desastre, intentamos arreglar todo, pero entre cerveza, sudor y fluidos fue casi imposible, tuvimos que salir corriendo para irnos a mi casa. 

De lo que pasó cuando llegamos les platico el próximo miércoles.

Ya saben que los adoro y que pueden escribirme a mi correo [email protected]

Besos húmedos a todas las chicas y los muchachos guapos. Pórtense mal, cuídense bien.

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