No es lo mismo ganar 39 millones de euros que jugar en la Liga MX

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 31/03/2020 00:00 Gerardo Velázquez de León Actualizada 21:55

Una cosa es diferir un pago y otra reducir el salario. Grande es la confusión que viven en el futbol, porque tampoco es lo mismo diferir el 70% de un sueldo tasado en 39 millones de euros, como es el caso de Leo Messi, a diferirle de golpe y porrazo su percepción económica a un futbolista que gana 60 o 70 mil pesos mensuales.

Diferencia abismal entre la clase alta del futbol y los demás, porque nadie puede juzgar que un jugador gane mucho, poco o muchísimo; es parte de las circunstancias, de los niveles competitivos, del cartel... En fin, son demasiados factores que no pueden igualar las condiciones sólo por ser futbolistas.

En Pumas, Atlas, Santos, León y Querétaro han anunciado que les retendrán un porcentaje del salario a sus futbolistas, tema que —insisto— debería ser escalonado, dependiendo de la situación económica de cada jugador, porque generalizar y coercitivamente aplicar un diferido sería injusto para los que menos ganan.

El futbol —en tiempos del Covid-19— debe reinventarse. Este es un tema puntual que han dejado crecer y ahora parece no tener control. La exorbitante cantidad de dinero que se mueve por un futbolista, por derechos de transmisión y por patrocinios que emanan del balompié. Solamente duraron 15 días cerrados los estadios y ya empezaron los problemas, así de rápido, pese a que muchos equipos presumen economías boyantes.

Demasiada especulación y presunción que se paga caro cuando vienen crisis como esta.

Claro que debe existir solidaridad, pero también los futbolistas —como los directivos y los que trabajan en las oficinas administrativas— tienen gastos, compromisos de pagos... En fin, unos de una forma más exorbitante que otros, pero compromisos al fin y al cabo.

Deben entender que no todos los futbolistas son millonarios. Claro que los hay, y muchos, pero también hay una gran cantidad que viven apretados o que mantienen a muchos miembros de su familia. En fin, distintos escenarios, distintas historias. Por eso, generalizar es mortal, simplemente fuera de un contexto solidario entre empresa y empleado. Nadie, ningún futbolista está en paro, ni de vacaciones, solamente siguen las instrucciones del Gobierno sobre no salir, mantenerse en aislamiento por la contingencia sanitaria. Nadie lo está haciendo por gusto.

Es fácil, de un plumazo, acabar con ilusiones. Por eso, las soluciones deben ser consensuadas, ser un verdadero equipo. En estas crisis es cuando más se necesita.

Y un punto que no debe pasarse por alto es que —por lo pronto— las televisoras, que son su máxima fuente de ingresos, no les han postergado ni diferido el pago. Solamente serían afectados en caso de cancelación de la Liga o de algunos partidos como local, si es que existiera esa decisión por parte de la Liga MX

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