Nazaria luchó por su vida hasta el último segundo

Nazaria luchó por su vida hasta el último segundo

(Foto: Archivo El Gráfico)

La roja 10/09/2019 10:03 Tanya Guerrero Actualizada 10:03
 

Nazaria Simón Aguilar luchó hasta el último segundo por su vida. Las huellas de violencia en su cuerpo lo evidencian. Ella fue hallada en un paraje de San Jerónimo Tecuanipan, Puebla, tirada entre matas. 

A diez metros de su auto, la mujer de 34 años estaba en el suelo, atada de pies y manos, semidesnuda y abusada sexualmente. La carpeta de investigación señala que recibió 30 golpes, pero la quijada rota y la violencia con la que le generaron las heridas indican mucho más. Al cuello tenía la agujeta café que los feminicidas usaron para asfixiarla: el arma homicida con la que tres hombres, Juan Manuel “N”, Dylan “N”, de 18 años, y Pedro “N”, de 19, planearon por meses robar y asesinar a la profesora de bachillerato. 

La familia de Nazaria también cree que la mujer luchó hasta el final. Esa personalidad “luchona” la llevó seis meses antes a buscar una entrada económica más, además de las clases en la escuela rural “Josefa Ortiz de Domínguez”, para mantener a su hijo de 11 años. 

A Nazaria ya no le alcanzaba, así que por las mañanas era maestra en San Jerónimo Tecuanipan, donde vivía, y por las tardes trabajaba como taxista con su coche, llevando pasaje de poblado en poblado. El 23 septiembre de 2017, minutos antes de las 8:00 de la noche, su vecino Juan Manuel llamó al celular de Nazaria para solicitar un traslado. Le pidió que pasara por él al poblado de Santa María Acuexcomac. Era el último servicio del día para la taxista. 

Juan Manuel subió con otros dos hombres. Los pasajeros le dieron la ruta hacia San Gregorio Atzompa, poblado cercano, en Cholula. En el camino, Juan Manuel metió la mano al portavasos del coche donde Nazaria guardaba el dinero y ella le reclamó. Fue cuando el hombre sacó una cuerda del pantalón y comenzó a ahorcarla.

ATAQUE BRUTAL

Nazaria trató de defenderse, puso los pies sobre el tablero para replegarse en el asiento y librar la agresión, pero otro hombre, Pedro, quien venía de copiloto, la empujó hasta el asiento de atrás donde continuaron el forcejeo y los golpes por dos horas.

Las declaraciones de uno de los feminicidas indican que mientras Juan Manuel manejaba, los otros dos se turnaban el control de la cuerda con la que asfixiaban a la mujer. Pedro, además, la golpeó con saña y le pisó la cabeza. 

Alrededor de las nueve de la noche, llegaron a un paraje solitario, donde la bajaron. Le ataron otra cuerda al cuello y la violaron. Ya se iban, creyendo que Nazaria estaba muerta, pero ella comenzó a reaccionar, entonces regresaron a rematarla.

Una semana después, las autoridades detuvieron a uno de los agresores, quien confesó no haberlo hecho solo. Aunque para octubre de 2017, la Fiscalía ya tenía a los tres detenidos, una vez más la omisión por parte de autoridades para investigar con perspectiva de género se hizo presente. 

Están por cumplirse dos años del feminicidio de Nazaria, pero la investigación sigue en la etapa intermedia. 

El proceso se ha detenido porque, según la familia, Dylan ha recibido privilegios de las autoridades, presuntamente a cambio de dinero. El agresor incluso presentó una denuncia en contra de la hermana de la víctima por “incitación de la violencia”, aludiendo a que en redes sociales, la familia de Nazaria ha solicitado ayuda para visibilizar el caso.

“Los ministeriales me pidieron incluso cerrar mis redes sociales o que las pusiera en privado porque dicen que ellos son los que llevan el caso y aunque probablemente la denuncia no proceda, sobre el caso de mi hermana no ha habido ningún avance”, explica la hermana de Nazaria.

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