Alguien pagó por asesinar a Brenda Sarabia

Aseguran que alguien pagó por asesinar a Brenda Sarabia

(Archivo: El Gráfico)

La roja 17/03/2020 12:59 Tanya Guerrero Actualizada 13:19
 

Cuando escribes el nombre de Brenda Sarabia Curiel en el buscador de internet, el primero de muchos resultados similares es una nota periodística que afirma que la joven de 26 años fue asesinada a tiros por su esposo al ser sorprendida con su amante, al interior de un hotel. 

Pero para hacerle justicia a Brenda hay que empezar por decir la verdad de los hechos. Esa tarde del 21 de mayo de 2018, Brenda no fue sorprendida por su esposo porque la joven de 26 años no estaba casada. Esa madrugada se hospedó en el hotel Fantasy, ubicado en la colonia El Mirador, de Tlalnepantla, con su novio Jaír, con quien tenía una relación desde hacía dos meses.

Confirman identidad

Los autores materiales de su feminicidio fueron empleados de este mismo hotel, quienes antes de matarla de un tiro en la cabeza, corroboraron que fuera ella. Le pidieron que desbloqueara su celular, le hicieron preguntas y torturaron a su pareja para verla sufrir antes de asesinarla. Ni a Brenda ni a Jaír les quitaron sus pertenencias: “No sé por qué la mataron, pero a mi hija alguien la mandó matar”, afirma Erika Curiel Muciño, su madre, quien vio a su hija por última vez la noche del 19 de mayo.

Al otro día, Brenda fue a una fiesta familiar de su novio, en donde estuvo todo el día. De regreso decidieron pasar la noche en el hotel Fantasy. Fue al siguiente día, a las 3:30 de la tarde que dos hombres —“que se parecían mucho”— entraron por la fuerza al cuarto 514. Uno de ellos, Emilio de 17 años, el único con orden de aprehensión, ató de pies y manos a Brenda y a su novio, mientras decía que alguien había pagado por asesinarlos. 

Después de torturarlo, le disparó a Jaír pero la bala sólo le rozó. Mientras se desvanecía, escuchó la otra detonación. Brenda murió instantáneamente.

SEÑALADO

Dos horas después, el hermano de Emilio fue a denunciarlo a la Fiscalía de Barrientos, deslindándose de alguna responsabilidad. A pesar de ser señalado, la orden de aprehensión para Emilio se giró cinco meses después. A su hermano no lo detuvieron.

La familia afirma que en la investigación, la Fiscalía no ha hecho nada por encontrar al asesino de Brenda, quien se encuentra prófugo.

Además, dicen que la Fiscalía ha traspapelado elementos de la carpeta, de la cual no quieren darles copia y no se ha exigido al hotel los datos de estos dos sujetos, uno de los cuales sigue viviendo dentro del hotel Fantasy y trabaja como empleado del mismo. El hotel se deslindó de toda responsabilidad.

Pero la omisión más grave de las autoridades es que, aunque ya se descubrió que el celular de Brenda estaba intervenido y que era vigilada a través de un GPS, no se contempla como línea de investigación la relación violenta que la psicóloga tenía con Héctor, su expareja, la cual terminó ocho meses antes de su feminicidio.

En esta relación de cinco años, Brenda sufrió agresiones constantes y el día que ella la terminó, Héctor la amenazó con matar a sus padres.

“Era muy violento, le decía que era de él y que si algún día lo dejaba, la iba a matar. Ella siempre regresaba por miedo”, comenta Erika, quien dice que Héctor fue quien le vendió a Brenda el teléfono celular que usaba.

A casi dos años del feminicido de Brenda, la familia exige justicia. “No voy a descansar hasta agarrar a Emilio para que hable sobre el verdadero responsable de la muerte de mi hija”, dice Erika.

 

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