Xochistlahuaca, Guerrero

Mujeres indígenas le hacen frente a la pandemia con su tradicional tejido con telar

Durante la pandemia, la cooperativa “La Flor de Xochistlahuaca”, ubicada en el estado de Guerrero, ha visto un declive en sus ganancias, pues los ingresos se redujeron un 80 por ciento. Sin embargo, las mujeres indígenas que la integran, continúan haciendo el trabajo que les han heredado por generaciones.

(Dassaev Téllez / Cuartoscuro)

Ángela Bautista, con 72 años, es uno de los miembros más longevos del colectivo y cuenta que empezó a tejer a los 8 años. Ella inició pintando el hilo con hojas y hasta con cáscaras de frutas, posteriormente aprendió a elaborar el hilo.

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Desde que su mamá le enseñó el arte de tejer en telares de cintura, Ángela se enamoró de dicha técnica, utilizada por muchas culturas como la herramienta básica para crear las prendas que utilizan.

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La señora Alicia Galindo, miembro de esta cooperativa, reveló que en sus inicios “La Flor de Xochistlahuaca” tenía 33 integrantes, pero poco a poco algunas emigraron, quedándose tan sólo 24.

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Trabajando con tres algodones de color diferentes, siendo estos: blanco, café y verde, los cuales se cultivan de manera natural. Recordando que la fundadora de esta cooperativa fue la que trajo las variantes de color de esta planta.

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La mujer cuenta que doña Florentina, la fundadora, viajó a España y desde aquellas tierras trajo la semilla de algodón verde, sin embargo tuvo que hacerlo de manera muy discreta para evitar problemas con la aduana. Además compartió que el color café lo adquirieron de Guatemala.

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La elaboración artesanal sigue siendo parte de “La Flor de Xochistlahuaca”, pues pese a la tecnología, la pigmentación de hilos sigue siendo de manera natural. Flores como la de cempasúchil y bugambilia, hojas de mango y zapote negro, cebolla morada, almendras y hasta frijoles, son sus principales fuentes de color.

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Cuando se acerca el Día de Muertos, el colectivo lanza una convocatoria para que la gente les done las flores de sus altares al levantarlos, sin embargo el 2020 fue un año caótico, causando que la respuesta de los guerrerenses resultara nula. Además el cierre de los panteones para evitar aglomeraciones, no fue de mucha ayuda.

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Además el cierre de los panteones para evitar aglomeraciones no fue de mucha ayuda, pues año con año acuden a recoger las flores secas para usarlas como materia prima, sin embargo la pandemia del Covid-19 les cambió la jugada por completo y se vieron obligadas a trabajar con pocas flores.

(Dassaev Téllez / Cuartoscuro)

Cada una de las miembros de “La Flor de Xochistlahuaca”, confesaron sentirse muy orgullosas de preservar el tradicional tejido de telar, además de que han participado en diversos eventos nacionales e internacionales, por su labor, preservación y enseñanza de esta ancestral técnica.

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Es de mencionar que dicha tradición ya está comenzando a echar raíces, pues existe un miembro en el colectivo que apenas tiene 15 años, se trata de Maribel de Jesús. Ella destaca la importancia de aprender de sus abuelas y señala que todos los jóvenes deberían aprender de los oficios de los mayores.

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“Me gusta cuando les gusta mi trabajo, cuando una persona te compra da mucho gusto. Mi familia me dice que es bonito aprender este trabajo porque es un trabajo de los indígenas, por eso me gusta estar con estas personas y mi familia también están de acuerdo yo estoy muy interesada en este trabajo un trabajo indígena”, dijo la joven”, dijo la joven.

(Dassaev Téllez / Cuartoscuro)

Al día 04/01/2021 13:11 Actualizada 19:58

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