Mientras haya corrupción, aunque reduzcan extranjeros

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 21/11/2019 00:00 Gerardo Velázquez de León Actualizada 23:24

Según los registros de la Liga MX hay 185 jugadores no nacidos en México; extranjeros, pues. La mayoría son argentinos, colombianos, uruguayos, chilenos y ecuatorianos. Cada vez hay menos brasileños y algunos españoles han llegado en tiempos recientes.  

Y como cada vez que una selección infantil o juvenil destaca en un Mundial, viene el mismo debate: ¿Se deben reducir los foráneos del futbol mexicano?
Países que son potencia con sus selecciones nacionales están llenos de extranjeros en sus equipos de primera y segunda división. España, Italia, Alemania, Inglaterra, Francia, que como la Liga MX no son ligas formativas y que lo que intentan es tener equipos competitivos. México es de los pocos países en el mundo que tiene torneos oficiales Sub-17 y Sub-20, es decir, el problema no es por ahí, sino en las decisiones absurdas de la contratación de futbolistas extranjeros de bajo nivel que representa un negocio más que un aporte futbolístico a los clubes.

Nadie debería estar peleado con la calidad y claro que para que un Sub-17 llegue al primer equipo debe pasar filtros que en ocasiones son durísimos para los mexicanos, no tanto para los extranjeros que en ocasiones representan solamente el interés económico del directivo. 

No habrá en los equipos de inferiores futbolistas de mayor calidad que por ejemplo Diego Rigonato (31 años)  o Gastón Sauro (29 años) del Toluca; o bien que españoles desechados de sus equipos de origen y que los trajeron a San Luis como estelares y no han servido para maldita la cosa como Ian González (26 años), Pedro Álvarez (37 años) y Unai Bilbao (25 años) o el caso del argentino Ricardo Centurión (26 años). Y así podríamos seguirle: Stephen Eustaquio (22 años), Martín Cauteruccio (32 años) y Edgar Méndez (29 años) del Cruz Azul; Faberth Balda (27 años) del Atlas; Lucas da Silva (25 años) del FC Juárez; Jeison Angulo (23 años) y Martín Rodríguez (25 años) de Pumas. Y la lista podría seguir y seguir. Y no importa que algunos de estos futbolistas, casos San Luis y Bravos, hayan sido figuras en el Ascenso MX, no son material para la Primera División.

Entonces, el problema no es la falta de espacios para los mexicanos, es la cantidad inmisericorde de extranjeros de escasa calidad.

Otro problema del futbol juvenil mexicano es que muchos padres de familia con tal de que sus hijos sean el negocio que los saque de la pobreza, los sueltan muy fácilmente a buitres disfrazados de promotores o entrenadores, que hacen que caigan en sus manos sin fijarse en realidad a donde van. También y sin poder generalizar, muchos casos de fracasos profesionales que eran juveniles exitosos se debe a que los “marean” en su entorno y los hacen creer que son más de lo que en realidad son.

No solamente es reducir extranjeros, es detectar la corrupción y que los dueños, los que ponen su dinero, no vuelvan a contar con estos elementos tóxicos que lo que mejor saben hacer es quitarles su dinero, argumentando mentiras para la contratación de futbolistas que no son dignos de una liga que quiere ser grande. 

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